Los turistas que pernocten en Roma a partir del próximo año tendrán que pagar un "impuesto de permanencia" que variará entre 1 y 3 euros, según una nueva normativa aprobada por el Ayuntamiento de la capital italiana de la que informan hoy los medios de comunicación.

La medida, que será aplicada a partir del próximo 1 de enero, prevé también el pago de un impuesto para quien decida recorrer la ciudad a bordo de un autobús turístico, navegar en barco por el río Tíber o acceder a la playa de Ostia, situada a unos 20 kilómetros de Roma.

Las tarifas que deberán pagar los turistas variarán dependiendo del establecimiento.

Así, quien pernocte en un bed&breakfast o en un camping deberá pagar un euro por noche; quienes se alojen en cualquier otro establecimiento hasta la categoría de tres estrellas, dos euros, y para quien opte por un hotel más lujoso, la tasa será de tres euros.

Asimismo, deberán pagar un euro los ciudadanos no residentes que quieran acceder a la playa de Ostia y los que recorran la capital italiana a bordo de un autobús turístico o de un barco por el río Tíber.

Quedan exentos del impuesto, entre otros, los guías de grupos de más de 25 personas, las personas enfermas que acudan a la ciudad para recibir tratamiento y sus acompañantes si el enfermo es menor de edad y los niños menores de diez años.

El impuesto será recaudado directamente por los hoteles y establecimientos turísticos y entregado directamente al Ayuntamiento de Roma.

Con esta medida, que ha sido muy criticada por varios partidos de la oposición y las asociaciones de hoteleros locales, el Ayuntamiento de Roma prevé recaudar unos 82 millones de euros.

De esta cifra, aproximadamente el 5% se destinará a la "promoción de Roma en el mundo, para incrementar el flujo de turistas", explicó el teniente alcalde de la capital, Mauro Cutrufo.