"Lo que me sacó este hijo de puta", dice, sonriendo y algo incrédulo, Santiago Silva a Diego Buonanotte. Segundos antes, Gabriel Castellón, portero de Wanderers, se lució sacando un ajustado cabezazo del delantero, quien aprovechó un centro desde la izquierda de José Pedro Fuenzalida, en lo que finalmente terminó con derrota cruzada por 0-3, en Valparaíso.
Universidad Católica vive un presente preocupante, muy distante a la espectacular campaña que lograron durante el Apertura 2016. En aquel torneo, el equipo de Salas se consagró como el equipo más goleador, con 37 goles. Hoy, los números son totalmente opuestos: sólo dos goles, y ambos mediante lanzamiento penal.
Los dardos apuntan al Tanque. No lo pasa bien en sus primeros duelos con la franja. Este sábado, en la Quinta Región, sumó 270 minutos sin poder abrazarse junto a sus compañeros, mucho para un delantero que tiene la misión de hacer olvidar a Nicolás Castillo. El actual futbolista de Pumas, que ayer convirtió en dos oportunidades, en la igualdad ante Tijuana, dejó un recuerdo imborrable entre los hinchas de Las Condes: anotó 29 goles en 31 partidos, promediando 0,9 anotaciones por encuentro. El fantasma del atacante sigue dando vueltas en San Carlos.
Silva intenta mantener la calma. No se desespera, y ante cada fallo mira al compañero que esté más cerca y le regala una sonrisa. Sus manos siempre terminan en su cabeza, intentado buscar explicación al complicado arranque.
Eduardo Espinel, técnico de Santiago Wanderers, lo vio de cerca en el partido que se jugó en el puerto. En conversación con El Deportivo, revela detalles del comportamiento del uruguayo en el campo de juego. "Lo vi permanentemente buscando el área, moviéndose, buscando el gol. Creo que más que una falla en definir la jugada, de repente su tema pasa por no conocer bien a sus compañeros. Aún no sabe bien los movimientos", dice el uruguayo.
"¿Si está ansioso? No creo, a la edad que él tiene la ansiedad no le juega una mala pasada. Todos sabemos que un goleador, más allá de hacer un buen trabajo, debe convertir. Si no lo hace, se le critica. Eso le pasa a Silva, pero bajo ningún punto se puede dudar de su calidad. Es un jugadorazo", agrega el DT del decano.
Los números del atacante en la derrota cruzada aclaran un poco el panorama. Silva intenta asociarse siempre con Buonanotte, pero el bajo nivel del argentino parece terminar afectándolo. El Enano poco lo ayuda. En Valparaíso lo buscó en 10 oportunidades. Tocó el balón en otras 42 ocasiones, mientras que ganó el 80% de los duelos aéreos disputados.
Pese a su escaso aporte goleador, Salas no pierde la confianza en su único refuerzo de la temporada. Oportunidad que tiene, lo alaba: "Hay algo que a Santiago no le falta: son las ganas. Más allá de que haga o no haga goles, nos llena el espíritu con la actitud y la entrega que tiene, eso se alaba".
En su llegada a San Carlos de Apoquindo, el charrúa aseguró sentirse motivado con el desafío. Los números de Castillo no lo intimidan. "Es una motivación importante, no es una mochila (los números de Castillo). Vengo al mejor equipo, al bicampeón. Por algo me eligieron a mí, con la mayor humildad. Ahora hay que ponerse a trabajar, a conocer a mis compañeros. Esto es fútbol y las cosas vienen solas", cerró el goleador, que busca terminar, de buena manera, con el recuerdo de Castillo.