Universidad de Chile sufre por los problemas dentro y fuera de la cancha. A la negra racha deportiva que atraviesan, se suman los incidentes que retornan a las galerías, y que el pasado sábado terminaron con graves consecuencias. En la derrota ante Magallanes, la utilización de bombas de ruido terminaron con un hincha perdiendo su pie.
A raíz de esto, el club anunció la determinación de que solo abonados ingresarán al estadio en el próximo partido, cuando los azules reciban a Santiago Morning en el mismo recinto de Independencia. De esta forma, no se venderán entradas.
"Hacemos un llamado a los verdaderos hinchas y amantes del fútbol a cuidar nuestra actividad. Ninguna medida va a poder ser eficaz sin la colaboración de las personas responsables de estos actos. Universidad de Chile no elude ningún costo. Estamos preocupados de tomar todas las medidas que la legislación contempla para evitar este tipo de actos", señaló el vicepresidente de Azul Azul, Mario Conca.
En tanto, Cristian Aubert, gerente general, mostró ante la prensa las bombas de ruido para demostrar la facilidad de esconderlas en el control de acceso. Además, agregó: "Estamos trabajando para que las condiciones del acceso al estadio sean las más razonables y seguras posible. Hay probabilidades muy altas de poder esconder estos elementos. La gente que los ingresa no los hace con fines motivacionales, sino solo con el fin de generar conflictos, como el fin de semana".
"Queremos demostrar que hay un alto interés de nosotros en garantizar seguridad, pero nos vemos obligados a que las revisisones sean más intensas y más molestas. Vamos a seguir mejorando los sistemas de control, pero los hinchas tienen que entender y asumir que cada vez que suceden este tipo de cosas lo único que hacen es causarle daño a su equipo", aseguró.
"Universidad de Chile hace todo lo que la ley exige hacer, y más. La ley pide 30 guardias y el fin de semana teníamos 120. Hace falta una mayor sanción social con respecto a estas conductas. No puede ser que se cometan este tipo de acciones y la gente alrededor no haga nada. Cargar toda la responsabilidad en el control de acceso, no es conducente", finalizó Conca.