Aparecer con el tercer mejor disco del año en el ránking que elabora la revista Rolling Stone es, casi siempre, motivo de aplausos y un reconocimiento al trabajo bien hecho. Casi siempre, porque en el caso de U2 y su nuevo lanzamiento, Songs of experience, la condecoración ha generado reacciones encontradas en el universo musical.

Si bien los escasos medios especializados que han escuchado en exclusiva el decimocuarto LP de los irlandeses respondieron con reseñas elogiosas, el listado que Rolling Stone publicó esta semana ha sido blanco de cuestionamientos, debido a que el álbum se lanza oficialmente recién este viernes y la mayoría del público aún no ha accedido al nuevo material.

A esto se suma un antecedente que ha avivado el fuego: entre los muchos capítulos polémicos que incluye Sticky fingers: the life and time, la recientemente publicada biografía del co-fundador y director de la revista, Jann Wenner, éste habría obligado personalmente a su equipo de redactores a elegir el anterior disco de U2 -Songs of innocence, de 2014- como el mejor de aquel año, debido a su estrecha amistad con el líder del cuarteto, Bono.

"Jann Wenner lo hizo de nuevo", consigna con sarcasmo la revista online Consequence of Sound, que además considera a Songs of experience "uno de los peores lanzamientos del año, otro fiasco para una discografía que alguna vez fue perfecta".

Una visión radical que, en todo caso, contrasta con el consenso de la prensa especializada, al menos con los que hasta ayer habían manifestado su opinión sobre el álbum; una suerte de continuación de Songs of innocence que originalmente se publicaría a fines de 2016, pero que fue finalmente postergada -e incluso refaccionada por los músicos- ante los cambios en el escenario político del primer mundo y la gira conmemorativa de The Joshua Tree que emprendieron este año.

Para Mojo, la nueva producción del grupo "es infinitamente más satisfactoria que su disperso antecesor", así como "el álbum más poderoso que U2 ha editado en este siglo". En tanto, la revista Q, en un ejercicio de anticipación, declara que el LP "probablemente terminará siendo uno de los clásicos de esta etapa" del conjunto, al tiempo que alaba su balance entre pop moderno y los himnos grandilocuentes de la era dorada del grupo.