Luis Larraín, presidente de Cruzados, terminó con el silencio que había mantenido durante la crisis deportiva de Universidad Católica. Tras regresar de Uruguay, donde la UC quedó eliminado de la Copa Sudamericana, el dirigente expresó su disconformidad con el rendimiento del equipo de Julio César Falcioni, pero lo ratificó en el cargo, aunque también agregó que el DT quedó citado para una reunión de directorio, el próximo lunes.
En el aeropuerto, Larraín dijo que en Uruguay "se jugaba la posibilidad de seguir en la Sudamericana. Era un objetivo muy preciado. Lo primero que queríamos expresar es nuestro sentimiento de pena y nuestra empatía con los hinchas".
Agregó que tras la derrota ante River Plate "sostuve reuniones con el técnico y con los jugadores. En las reuniones con Julio Falcioni él manifestó su disposición de sacar adelante al equipo. Pidió que nos enfocáramos en el próximo partido con O'Higgins. Después tuve con él conversaciones sobre el rendimiento del equipo, en el que le di algunos puntos de vista, pero fue la posición que sostuvo".
Larraín expresó que "como presidente no estoy conforme. Hemos citado a una reunión de directorio, con la visita del técnico, para que se estudie a fondo las razones de por qué estamos como estamos... Esta situación, de proyectarse es insostenible".
José María Buljubasich, gerente deportivo, también habló y dijo que "estoy preocupado como todos los hinchas de Católica, trabajamos para pelear los campeonatos. Respecto de mi cargo, en el traspaso de directorio puse mi cargo a disposición y siempre lo está".
Pero después, Larraín dijo que el directorio confiaba en que el ex arquero los ayudaría a salir de esta situación.