Luego de la decisión de la ANFP de finalizar el clásico con el triunfo 1-0 de Universidad Católica sobre Universidad de Chile, los cruzados ya empiezan a pensar en cuidar el liderato del Campeonato de Apertura. Y en el primer desafío para conseguir aquello nos les toca sencilla: Cobreloa, otro de los candidatos, es el próximo escollo, el domingo, en San Carlos de Apoquindo.
Si bien el agredido Fernando Meneses no actuará en ese partido contra los naranjas, porque aún no se recupera del golpe del rollo de papel, su figura sigue siendo importante para no olvidar el incidente del último clásico universitario.
En Cruzados SADP no creen que el plan Estadio Seguro no esté funcionando, sino que apuntan a mejorar las condiciones para cuando ocurra una emergencia como la que vivieron el domingo en Ñuñoa.
Por lo mismo, el encuentro contra el elenco de la Segunda Región aparece como una prueba más para combatir agresiones como la que sufrió el lontuenino.
"Tenemos que reflexionar cómo reaccionaríamos nosotros si ocurre nuevamente una escena como la que protagonizó Fernando. Siento que en esa ocasión el árbitro Enrique Osses estuvo certero en sus decisiones, pero nosotros no podemos volver a repetir la falta de información y la ausencia de claridad que se vio el otro día en el Nacional. Aquello, más un conjunto de elementos anómalos nos llevaron por el mal camino", explica el presidente de Cruzados SADP, Jaime Estévez.
Sin embargo, el directivo ahí no se detiene y proyecta lo que podría ocurrir en Las Condes: "En nuestro San Carlos puede ocurrir lo mismo este fin de semana, por ejemplo, y obvio que estamos expuestos a una situación delictual, como todos los estadios. Por esa misma razón es que tomaremos medidas y nos preocuparemos de que finalmente no suceda nada", puntualiza el ex ministro de Obras Públicas.
Las medidas
Las palabras del socialista apuntan a la campaña del club para evitar conflictos en las tribunas que puedan afectar al desarrollo de los partidos y eventualmente a una pérdida de puntos.
Y claro, en la directiva de la UC pretenden evitar algún infiltrado que pueda generar violencia, por lo que llaman a los hinchas a atreverse a fiscalizar cualquier hecho en las tribunas.
La UC ha fomentado en las redes sociales la buena conducta para concluir sin inconvenientes las cinco fechas que restan del torneo. Pero también tomará resguardos en el recinto precordillerano.
Por ejemplo, elaborará un propio instructivo de seguridad, que incluirá las exigencias que hace el gobierno y el plan Estadio Seguro.
Además, las revisiones en los accesos de San Carlos de Apoquindo serán más exhaustivas y en la zona cercana a los tiros de esquina se fortalecerá con un cerco de más carabineros y el trabajo de los guardias privados.
Estos últimos estarán en un mayor número que las fechas anteriores y seguramente no serán los mismos que custodiaron el camarín de la polémica entre Estévez y José Yuraszeck. Ellos han prestado servicios a los cruzados en su estadio, por lo que tras el entrevero serían removidos.
Otra medida será la utilización del derecho de admisión. En lo que va de la temporada, 12 son los fanáticos estudiantiles que no pueden ingresar al coloso cruzado. ¿Los últimos? Uno, contra Sao Paulo, en la Copa Sudamericana, por robarse un balón y el otro ante Santiago Wanderers, un joven que estuvo gran parte del partido colgado en la reja del sector Mario Lepe.