Ucrania cedió hoy y aceptó que un convoy ruso con ayuda humanitaria atraviese su frontera por una zona dominada por los rebeldes separatistas cerca de la convulsionada ciudad de Luhansk.

La ayuda puede atravesar un puesto fronterizo cercano a Luhansk si es revisada por la aduana ucraniana y representantes de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), señaló el portavoz presidencial Svatoslav Zegolko en la capital ucraniana.

Esto implica que Kiev dio marcha atrás con su demanda previa de que la ayuda rusa cruzara cerca de la ciudad de Járkov, luego de que la carga fuera transferida a vehículos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

La región de Járkov, en el este de Ucrania, es controlada por fuerzas gubernamentales, mientras que la ruta más corta a Luhansk atraviesa la región rusa de Rostov, donde algunos puestos fronterizos son controlados por separatistas prorrusos.

"Ningún país civilizado rechaza ayuda humanitaria", manifestó hoy el portavoz del presidente Petro Poroshenko en la capital ucraniana.

CRUCE DE PALABRAS

El ministro del Interior, Arsen Avakov, afirmó previamente que el convoy ruso no podrá atravesar la región de Járkov. "Una provocación de nuestro cínico agresor en nuestro territorio es inaceptable", escribió Avakov en Facebook.

Zegolko dijo que Moscú rechazó que el cargamento fuera transferido a camiones de la Cruz Roja en la frontera y que solo fuera repartido por personal del CICR.

El portavoz presidencial dijo que el CICR deberá distribuir la ayuda solamente en Luhansk, donde más de 200.000 civiles están sin energía ni agua desde hace 11 días. El CICR no se ha manifestado de momento.

El gobierno de Kiev teme que Moscú envíe armas a los separatistas bajo el pretexto de una presunta operación humanitaria con 2.000 toneladas de ayuda con medicamentos y comida. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó de "absurda" la acusación.

Además, Ucrania anunció que enviará su propio convoy de ayuda a la convulsionada región de Donbass. El convoy partirá el jueves, dijo hoy la encargada para el este de Ucrania, Irina Gerashchenko, en Kiev.

El primer ministro Arseni Yatseniuk sostuvo que su país está en condiciones de alimentar a su propio pueblo y no necesita ayuda del extranjero.

Mientras tanto, el presidente ruso Vladimir Putin se reunió hoy con altos funcionarios en Crimea. Se espera que mañana pronuncie un discurso sobre Ucrania en la península del Mar Negro, cuya anexión a Rusia en marzo pasado desató la peor crisis con Occidente desde el final de la Guerra Fría.

SE ELEVA CIFRA DE MUERTOS

Por otra parte, Naciones Unidas informaron hoy que la cifra de muertos en el este de Ucrania se incrementó a al menos 2.086. 

En este número se incluye a soldados ucranianos, rebeldes prorrusos y civiles muertos desde mediados de abril hasta el 10 de agosto, dijo una portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.

"Hemos visto una escalada", apuntó la portavoz Cecile Pouilly, añadiendo que el número promedio de víctimas fatales por día aumentó a 70, frente a 60 de los meses previos.

La cifra de muertos es casi el doble de la informada por la ONU en julio pasado, pero Pouilly subrayó que el nuevo estimado incluye fallecimientos previos que no habían sido reportados con anterioridad.