En una muestra de la escalada en la tensión en Ucrania, el presidente interino del país, Alexander Turchinov anunció ayer por televisión que lanzó  una  "operación antiterrorista" en el este del país contra "la guerra" de los activistas prorrusos, a quienes emplazó a que depusieran sus armas. "Estamos dispuestos a responder a los intentos de invasión y no permitiremos que los sucesos de Crimea se repitan en el territorio de Ucrania", dijo en un discurso, que Rusia no tardó en responder. Porque a las pocas horas el canciller de ese país, Serguei Lavrov señaló que iban a llamar a una reunión del Consejo de  Seguridad de las Naciones Unidas.  Moscú advirtió que depende de Occidente que se evite una guerra civil en Ucrania, ante el deterioro de la situación en las regiones rusófonas del sureste de ese país.

Según el diario El País, "la arriesgada decisión de emplear el Ejército supone de hecho el reconocimiento del fracaso de los esfuerzos emprendidos por el poder central durante el fin de semana para someter a la región de Donetsk".

En esta región minera e industrial, las Tropas de Intervención Especial (conocidas como Berkut) están ahora del lado de la oposición y muchos activistas prorrusos se tomaron edificios regionales en distintas ciudades. Esto choques armados que dejaron como saldo un miembro de las fuerzas de seguridad  y un activista prorruso muertos. Además, otros cinco agentes ucranianos heridos en la ciudad de Slaviansk  de acuerdo con la información entregada ayer por el ministro del Interior del gobierno de Kiev, Arsen Avakov, consignado por la agencia DPA. La autoridad ministerial también señaló que un número indeterminado de manifestantes fueron abatidos.

Según el funcionario gubernamental, "los activistas prorrusos dispararon sin que mediara una advertencia contra los escuadrones especiales" que acudieron a contrarrestar los alzamientos separatistas en esa localidad, ubicada a 100 kilómetros al norte de la industrial ciudad de Donetsk (ver recuadro). La agencia Itar Tass  informó que el tiroteo se habría registrado en un puesto de control levantado por los separatistas a las afueras de Slaviansk.

Además, las autoridades de Kiev indicaron que las movilizaciones se han extendido a otras localidades de la región de Donetsk, como  Kramatorsk y Krasny Liman, y en Yanakiyevo, ciudad natal del destituido presidente ucraniano Viktor Yanukovich, donde activistas prorrusos también se habrían tomado cuarteles policiales y varios edificios públicos. Situación similar se registra en Mariupol, Járkov y Lugansk.

"La crisis en Ucrania parece que escaló a un nivel más alto este fin de semana. Según los expertos los eventos no son espontáneos y tienen planificación", dijo el corresponsal diplomático de la BBC, Jonathan Marcus.

A pesar de la ofensiva lanzada por Kiev, un portavoz de los manifestantes, que no fue identificado, dijo a la televisión estatal de Ucrania que no cederán en su demanda de exigir un referendo para declarar como independiente la región de Donetsk, cuya población es mayoritariamente de origen ruso.

El gobierno de Ucrania acusó a los servicios secretos de Moscú de estar detrás de esta escalada separatista que se registra en el este del país y aseguró que tiene las pruebas para demostrarlo.

La respuesta de Occidente  frente a estos hechos fue inmediata. El secretario de Estado norteamericano John Kerry, se comunicó telefónicamente con el canciller ruso Sergei Lavrov, para exigirle que adopte medidas urgentes para reducir la tensión, reportó ANSA. Por su parte, el secretario general de la OTAN, Anders Rasmussen advirtió que "cualquier nueva injerencia de Rusia en Ucrania profundizará su aislamiento internacional". Mientras que la Unión Europea llamó a Moscú a cesar sus intentos por desestabilizar a Ucrania.