El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, visitó este domingo electoral el Este separatista prorruso, donde los comicios legislativos están siendo boicoteados por los insurgentes.
"Llegada al Donbass", la cuenca minera que comprende las regiones insurgentes de Donetsk y Lugansk, escribió Poroshenko en su cuenta de Twitter.
La esposa del presidente, Marina Poroshenko, confirmó esta información cuando votaba sola en un colegio electoral del centro de Kiev, explicando a la prensa que su esposo estaba en el Donbass "para supervisar el desarrollo de la votación" organizada en los territorios controlados por las fuerzas ucranianas.
En esta zona, alrededor de tres millones de electores de los cinco millones que viven en ellas no podrán votar.
Además, tampoco podrán hacerlo unos cinco millones de habitantes de la Península de Crimea, anexionada por Rusia en marzo, del total de 36 millones que tiene el país, por lo que 27 escaños de los 450 de la Verjovna Rada (parlamento ucraniano) quedarán vacíos.
Los sondeos indican que la mayoría de ucranianos apoya las reformas económicas y democráticas, en especial la lucha contra la corrupción, que conduzcan finalmente a la integración en la Unión Europea.
Por primera vez en la historia de esta república ex-soviética, las fuerzas pro-occidentales serán mayoría en el Parlamento y el Partido Comunista ucraniano podría quedar fuera del reparto de escaños.
Aunque todo indica que el bloque de Poroshenko ganará las elecciones, deberá formar probablemente una coalición con los nacionalistas ucranianos de línea dura si no obtiene la mayoría absoluta en el parlamento.
El presidente Petro Poroshenko, elegido en la primera vuelta en mayo, convocó estas elecciones legislativas anticipadas en un intento de pasar definitivamente la página del presidente prorruso Viktor Yanukovich, caído tras meses de protestas pro occidentales en la plaza de Maidan en Kiev.
Pero los comicios están empañados por el enfrentamiento entre las fuerzas ucranianas y los separatistas prorrusos, un conflicto que ya ha dejado más de 3.700 muertos desde abril y 800.000 desplazados, según Naciones Unidas.
REFORMAS ECONÓMICAS
Al cierre de las urnas se darán a conocer sondeos a pie de urna, pero habrá que esperar al filo de la medianoche para conocer los resultados oficiales.
"Para llevar a cabo la estrategia reformadora que hemos preparado, no basta solo la voluntad política. Necesito también una mayoría en el parlamento", dijo el sábado Poroshenko en un discurso a la nación.
El jefe del Estado ha dejado claro que sigue apostando por el frágil proceso de paz iniciado con la participación de Rusia: "Ninguna crítica (...) me impedirá buscar una solución pacífica", advirtió.
El nuevo parlamento tendrá que adoptar reformas radicales destinadas a sacar a Ucrania de la profunda recesión en la que se encuentra, agravada por el conflicto en el Este industrial, luchar contra la corrupción endémica y acercarse a la Unión Europea, con la que acaba de firmar un acuerdo de libre cambio rechazado el año pasado por Yanukovich.
También tendrá que ahondar en las dolorosas medidas de austeridad que le exigen los acreedores occidentales a Kiev, en particular el FMI, desde que ayudaron a salvar al país de la bancarrota tras la retirada del apoyo financiero ruso. La situación se ha agravado por el conflicto del gas con Rusia, que priva a Ucrania de gas ruso y amenaza al suministro europeo.
La tarea parece gigantesca ante un conflicto muy costoso y destructivo que se eterniza.
El establecimiento de un alto el fuego el 5 de septiembre permitió reducir la confrontación entre las fuerzas ucranianas y los insurgentes prorrusos pero persisten los focos de tensión, en particular en el aeropuerto de Donetsk.
La situación se ha calmado considerablemente con motivo de estas legislativas anticipadas. En los últimos días, no se ha registrado ningún muerto civil ni militar. Pero el ministerio ucraniano del Interior dijo el sábado que dispone de informaciones según las cuales los rebeldes preparan "provocaciones" este domingo.