Ucrania y los rebeldes separatistas prorrusos acordaron ayer un alto el fuego que entró en vigor a las 18 horas (11 horas de Chile) y que, entre otras cosas, incluye el canje de prisioneros, el repliegue de las tropas y del armamento pesado y corredores humanitarios para ayudar a las personas en las zonas de conflicto. Así lo dio a conocer el Presidente ucraniano, Petro Poroshenko, que señaló que había ordenado "al jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas que cesen las hostilidades" en el este del país y añadió que se elaborará una "hoja de ruta" para la implementación del plan.
El diario The New York Times señaló que el acuerdo también establece la amnistía para quienes se desarmen y no hayan cometido crímenes serios y que las milicias serán disueltas en una zona neutral de 10 kilómetros establecida a lo largo de la frontera ruso-ucraniana.
El acuerdo de cese de las hostilidades fue alcanzado en Minsk durante las consultas del Grupo de Contacto -conformado por Ucrania, Rusia y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (Osce)-, con participación de los líderes de las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Luhansk. Con esta tregua se pone fin, al menos temporalmente, a cinco meses de combates que han provocado más 2.600 muertos y más de un millón de desplazados, además de grandes destrucciones en una serie de ciudades, incluidos los bastiones rebeldes de Donetsk y Luhansk.
"Puedo confirmar que el alto el fuego se basa en el acuerdo que fue alcanzado en conversación telefónica con el Presidente ruso (Vladimir) Putin. Ahora, esta es nuestra responsabilidad común", dijo Poroshenko, que estaba invitado a la cumbre de la OTAN en Gales.
Además, destacó que el acuerdo de Minsk abre la puerta a la descentralización del Estado, mayores competencias económicas y garantías sobre el uso de la lengua rusa para Donetsk y Luhansk, originalmente las principales demandas de los insurgentes. Al mismo tiempo, subrayó que "el protocolo incluye 12 pasos para instaurar la paz y la estabilidad" en las mencionadas regiones, respetando la soberanía e integridad territorial de Ucrania.
Por su parte, el Kremlin no se hizo esperar y saludó la firma del acuerdo "para la realización de la iniciativa de los presidentes de Rusia y Ucrania", aunque llamó a continuar las negociaciones para el "arreglo definitivo de la crisis". Asimismo, el representante de los rebeldes de Luhansk, Igor Plotnistski, precisó que el cese de hostilidades no supondrá el fin de las reivindicaciones separatistas.
El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que estaba "esperanzado, pero basándose en la experiencia del pasado", también estaba "escéptico".
Según el diario The New York Times, una vez que comenzó a regir el alto el fuego, cesaron los combates que se habían visto los días previos. Por ejemplo, eso fue lo que ocurrió en el estratégico puerto de Mariupol, donde se vio que los soldados ucranianos se estaban replegando en sus bases.
El alto el fuego se produjo en un día en que la Unión Europea acordó nuevas sanciones contra Rusia y 24 personas que serán adoptadas formalmente el lunes, pero que pueden ser levantadas si el cese de hostilidades resulta estable y verificable. Según la agencia Efe, entre ellas está extender la restricción de acceso a financiamiento en los mercados de capitales de los grandes bancos estatales a consorcios rusos de defensa y energía controlados en un 51% por el Estado o cuyos ingresos proceden al menos en un 50% de la venta de crudo o productos petroleros. Se prohibirán, también, los servicios asociados para actividades de perforación en aguas profundas, exploración en el Artico y producción de petróleo de esquisto.
Por su parte, los países de la OTAN, que estaban reunidos en una cumbre en Gales, aprobaron ayer su Plan de Acción Inmediata (RAP), que refuerza su defensa colectiva y conlleva la puesta en marcha de una fuerza de intervención inmediata capaz de desplegarse entre dos y cinco días en cualquier lugar del mundo. "El momento de seguridad que afrontamos es más impredecible que nunca: Rusia está atacando a Ucrania y hay inestabilidad en Medio Oriente y en el norte de Africa. En estos turbulentos momentos, la OTAN tiene que estar preparada y poder defenderse y también a sus aliados", dijo el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, quien señaló que los cuarteles generales de esa fuerza de acción inmediata tendrán su sede en uno de los aliados de Europa del Este y que la Alianza Atlántica mantendrá en esos países "una presencia y actividad continuada" sobre una base rotatoria, como en la actualidad.