Hasta la sede del Congreso Nacional en Santiago llegó este martes, acompañado de su comitiva, el Presidente de Argentina, Mauricio Macri. En su cuarta visita al país, el mandatario transandino fue recibido por el presidente del Senado, Andrés Zaldívar (DC); su par de la Cámara, Fidel Espinoza (PS), sus vicepresidentes y los diputados y senadores miembros de las comisiones de Relaciones Exteriores.

Fue en ese contexto en que el senador de la UDI Hernán Larraín se salió de libreto y abordó a Macri para plantearle un tema que no estaba contemplado en el marco de la reunión: la extradición del ex frentista Galvarino Apablaza, sindicado como el autor intelectual del asesinato del ex senador gremialista Jaime Guzmán, quien se encuentra con asilo político en ese país.

"Quiero manifestar que le hicimos presente al Presidente Macri también, junto a parlamentarios de nuestro partido, la necesidad de que tan pronto sea posible se produzca la extradición de Galvarino Apablaza", afirmó Larraín en conferencia de prensa.

El senador subrayó que el mandatario transandino le manifestó que "conocía perfectamente el problema, que lo tenía muy claro y que sabía que estaba hoy en un órgano administrativo". Y agregó: "Yo le hice presente que la Corte Suprema argentina había autorizado la extradición y que, por lo tanto, debía proceder. Me dijo que lo iba a estudiar con mucha detención".

La intervención de Larraín generó incomodidad entre los presentes. El diputado Fidel Espinoza aseguró que "no corresponde" tratar un tema "tan delicado como ese, en 30 segundos, en el pasillo", mientras que Zaldívar manifestó que si bien era un asunto que la UDI tenía derecho a abordar con Macri en privado, "no corresponde a la reunión oficial que hemos tenido".

En el gremialismo no tardaron en salir a responder lo expresado por ambos legisladores. El diputado Issa Kort lamentó las palabras de Zaldívar, asegurando que "el senador debería estar a la altura de su investidura y ayudar en la causa, tal como lo han hecho el canciller Heraldo Muñoz y el embajador José Antonio Viera-Gallo, entre otros políticos de la Nueva Mayoría, quienes entienden que la falta de justicia en este caso es un punto pendiente con Argentina y que puede ser abordado como corresponde, incluso en nuestra sede del Congreso".

Estrechando lazos

Más allá del impasse en el que se vio envuelto en el Congreso, y tal como estaba previsto en su agenda, el jefe de Estado argentino llegó luego al Palacio de La Moneda para reunirse con la Presidenta Michelle Bachelet.

Tras la cita que, se extendió por casi dos horas, ambos encabezaron una ceremonia en el Patio de Las Camelias. En la ocasión, y tras firmar un acuerdo por el proyecto Túnel Internacional Paso de Agua Negra Ebitan, tanto Bachelet como Macri detallaron los ejes de su reunión.

Bachelet subrayó la voluntad para "alcanzar un acuerdo de liberalización comercial", así como seguir avanzando en la integración de la Alianza del Pacífico y el Mercosur. Macri, en tanto, destacó que buscará dejar atrás la política de "aislamiento" de su antecesora, Cristina Fernández.

Además, el mandatario transandino ratificó su invitación a Bachelet para que participe de la próxima Cumbre del Mercosur, que tendrá lugar en Mendoza en julio, y a la Cumbre del G-20 que liderará ese país el próximo año.