A casi 15 años de que se firmara el Acuerdo de Asociación entre Chile y la Unión Europea (UE), ambas partes volverán a sentarse en la mesa para negociar la modernización del convenio con una meta ambiciosa: finalizar el proceso de negociación antes de que concluya el mandato de la Presidenta Michelle Bachelet, en marzo del próximo año.
Así lo adelantó la embajadora del bloque de 28 países, Stella Zervoudaki, quien aseguró ayer que "esperamos poder concluir todas las negociaciones sustanciales durante el período del gobierno actual para poder después, con el nuevo gobierno, firmar y ratificar".
En el margen del primer conversatorio sobre la relación entre nuestro país y la comunidad, la representante de la UE detalló que las instituciones europeas ya terminaron el borrador del mandato y que éste ya fue transmitido a los Estados miembros. Para este mes están agendadas las reuniones de los dos conjuntos que están analizando el pacto: la agrupación de política comercial y el grupo político a cargo de las relaciones con América Latina y el Caribe.
"Estamos trabajando para poder concluir, esperemos, en la mitad del verano europeo y la meta es comenzar a más tardar en septiembre las rondas de negociaciones", declaró Zervoudaki, quien precisó que desean finalizar las tratativas en no más de cinco sesiones. A modo de referencia, se necesitaron 10 rondas durante dos años para cerrar el tratado original.
En esa línea, Pablo Urria, director de asuntos económicos bilaterales de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), afirmó que "hay voluntades políticas de hacerlo lo más rápido posible".
Si bien las conversaciones formales aún no comienzan, Zervoudaki acotó que los distintos equipos ya están trabajando conjuntamente.
Nuevas áreas
Paulina Nazal, jefa de la Direcon, detalló que, además de mejorar y modernizar las disciplinas comerciales tradicionales -como son los servicios, las inversiones y las compras públicas-, el nuevo documento buscará incorporar materias que no estaban recogidas en el convenio inicial.
"Estamos hablando principalmente de energía, de desarrollo sustentable en su concepto amplio, estamos incluyendo ahí el aspecto laboral, medioambiental y de responsabilidad social empresarial", explicó antes de agregar que "también queremos hablar de género y comercio, que es un área sumamente importante tanto para la Unión Europea como para Chile".
En cuanto al acceso de mercados, Urria puntualizó que más del 90% de los productos chilenos ya entran a la UE sin pagar aranceles y que el objetivo es lograr algunas mejoras en la porción restante, aunque es poco probable alcanzar un 100% de liberalización. "Es iluso pensar que nos van a abrir ese 9%", expresó.
La autoridad mencionó que uno de los bienes domésticos que podría ingresar al bloque es el aceite de oliva.