Los mandatarios europeos se comprometieron este viernes a acelerar las medidas para incentivar el crecimiento y el empleo deprimidos por las políticas de austeridad que desmantelan el estado del bienestar en muchos países de la desarrollada Europa.
Asimismo, tras arduas horas de negociaciones iniciadas el jueves, los mandatarios acordaron en la madrugada de este viernes instaurar un supervisor bancario único a partir de 2013 para controlar los bancos de la eurozona.
"La UE se mueve", dijo el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy.
Aparentemente poco impresionadas por la cumbre, las principales bolsas europeas cerraron a la baja: Fráncfort perdió 0,76%, París 0,87%, Londres 0,35%, Milán 2% y Madrid, la más castigada, 2,31%. El euro cotizaba en ligera baja, en torno a 1,302 dólares.
En estos tiempos de políticas de austeridad a macha martillo -que han dejado a millones de trabajadores en la calle y están desmantelando los estados del bienestar costosamente conseguidos, en particular en países como Grecia, que lleva cinco años en recesión, Irlanda, Portugal, España o Italia- Europa quiere centrarse en la creación de empleo y la inclusión social.
En la última cumbre de junio, los mandatarios europeos se comprometieron a dedicar 120.000 millones de euros para hacer crecer de nuevo a una Europa asolada desde hace casi tres años por la crisis de la deuda.
"Es esencial realizar todos los esfuerzos rápidamente para adoptar las medidas acordadas en los últimos meses para relanzar el crecimiento, las inversiones y el empleo, restaurar la confianza y fomentar la competitividad", dicen los mandatarios en su declaración que pone fin a dos días de reunión en Bruselas.
Más 18 millones de personas estaban sin trabajo en territorio comunitario en agosto, el 11,4% de la población, de ellas buena parte en España y Grecia, donde el paro afecta a un cuarto de la población activa, particularmente a los jóvenes.
Entre las medidas para estimular el crecimiento y el empleo, la UE inyectará en las próximas semanas 10.000 millones de euros al Banco Europeo de Inversiones (BEI) elevando su capacidad de préstamo a 60.000 millones, con lo que espera que en los próximos tres años se inviertan 180.000 millones más.
También espera poner a trabajar rápida y eficazmente otros 55.000 millones de los fondos estructurales.
En este sentido, ya se se ha puesto en marcha con 100 millones de euros el denominado Project Bonds, un plan destinado a facilitar la captación de financiación para proyectos de infraestructuras, y el próximo año se movilizarán otros 130 millones. La Comisión espera que dicho programa sea capaz de movilizar hasta 4.500 millones de euros en esta fase piloto.
Además de profundizar el mercado común, Bruselas quiere concluir el mercado energético interno para 2014 y potenciar las tecnologías digitales y las infraestructuras, así como concluir el Mercado Único Digital, con el que espera aportar un 4% al crecimiento de la región para 2020, así como potenciar la investigación y la innovación.
Competitividad de la industria, reducción de las burocracias nacionales, en particular para pequeñas y medianas empresas, una tasa a las transacciones financieras, que once países ya se han comprometido a adoptar, así como el comercio son otros pilares de la política europea para crecer.
En su laboriosa construcción del edificio común europeo, los mandatarios lograron superar las diferencias, en particular entre los dos motores Francia y Alemania, para crear un supervisor bancario único que se encargará de vigilar las cuentas de los 6.000 bancos de la zona euro, y que empezará a operar de forma gradual en 2013.
Se trata de un mecanismo clave para la creación de una unión bancaria común, que evitará que se vuelvan a repetir los excesos que han llevado a muchas entidades bancarias, en particular en España, a la práctica bancarrota, poniendo en peligro el sistema económico y financiero del país.
Este es un requisito para que los fondos de ayuda de la zona euro puedan inyectar dinero directamente en los bancos en dificultades, sin que ésta sea contabilizada como deuda estatal, pero llega demasiado tarde para España que se ha visto abocada a pedir rescate para socorrer a algunas de sus entidades bancarias.
La canciller alemana, Angela Merkel, dejó claro que "no habrá recapitalización directa retroactiva", lo que ya ha asumido el gobierno de Rajoy, quien minimizó la repercusión del préstamo de unos 40.000 millones de euros que precisa para asistir a los bancos en dificultades en el conjunto de la deuda española.
Además de la ayuda para los bancos, todo el mundo espera que España pida un nuevo rescate para su economía en los próximos días o semanas, aunque según Rajoy, no se ha hablado de ello esta cumbre. Por el momento, aseguró, esa decisión "no está tomada", aunque dejó claro que en caso necesario "la tomaría".
En cambio Grecia, inmersa en una espiral de recesión y convulsión social que no parece tener límite, fue objeto de elogios de sus colegas, que en una declaración "saludaron los avances" para encarrilar el programa de ajuste.
Merkel, que ya visitó Atenas la semana pasada, se reunió con el primer ministro griego, Antonis Samaras, para hablar de la "ejecución de las reformas y la continuación de la consolidación fiscal en Grecia", según una fuente alemana, en una señal de que no tiene intención de aflojar su presión a los griegos.