Pasaron sólo un par de horas entre que Chris Cornell pisó por última vez un escenario, la noche del miércoles junto a Soundgarden en Detroit, y que su cuerpo fue encontrado sin vida en una habitación del hotel MGM Grand Detroit.
Durante la mañana del jueves, la sorpresa de la muerte del también líder de Audioslave no sólo fue por sus apenas 52 años, ni el hecho de que al parecer no tenía ninguna enfermedad de gravedad, sino que también por la energía que el músico mostró durante lo que será su último encuentro con el público. "En ningún momento durante el concierto de Soundgarden del miércoles por la noche, alguno de los presentes podría haber sospechado que Cornell estaría muerto horas después", afirmó la reseña de Billboard sobre la presentación. El artículo del portal musical describió al frontman como enérgico y de buen humor durante las dos horas que él y su banda repasaron temas de casi todos los trabajos discográficos de Soundgarden. El sitio incluso asegura que la actitud de Cornell era incluso más positiva que de costumbre.
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Con el correr del día, Associated Press destaparía un hecho que envolvería de una tragedia aún mayor el fallecimiento de Cornell: tal como algunos rumores de la prensa local de Detroit indicaban, los análisis forenses del cuerpo del músico confirmaron que el cantante se quitó la vida, ahorcándose en el baño de su habitación.
Pese a que la descripción de su última presentación distaba mucho de un desenlace así, sí hubo un tétrico detalle que podría haber sido un mensaje de despedida del frontman. Durante la última canción de la noche, interpretó fragmentos de In my time of dying -"en mi hora de muerte"- de Led Zeppelin. No es la primera vez que el grupo incluía la canción del disco Physical Graffiti en su repertorio, pero de todas maneras el hecho fue interpretado como un oscuro precedente a lo que pasaría en las próximas horas.
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El trágico final de una de las voces más talentosas del rock norteamericano no tiene por el momento una razón aparente. La viuda del músico, Vicky Cornell, aseguró que habló con su esposo mientras realizaba la prueba de sonido del concierto de Detroit, y que no notó una actitud suicida, ni nada fuera de lo común. En 2003, el cantante y guitarrista pasó por un proceso de rehabilitación por problemas con drogas y alcohol, sufriendo además una depresión, pero desde eso se había mantenido sobrio.
En entrevistas recientes, Cornell había afirmado que Soundgarden se encontraba grabando un nuevo disco, el primero desde King animal (2012). El futuro de estas últimas grabaciones del vocalista está en suspenso. El shock fue la sensación principal del mundo del entretenimiento, que aún no encuentra respuestas al por qué después de sonreír frente a miles de personas, la historia de Chris Cornell terminó en un desenlace tan desolador.
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