"Espérense. Esta decisión hay que tomarla mañana en el comité político con la Presidenta Bachelet". Esa fue una de las últimas intervenciones del ministro del Interior, Mario Fernández, durante la reunión entre los secretarios de estado y los senadores de la Nueva Mayoría, la noche del lunes, en el piso 4 de la Cámara Alta.
Su frase, visiblemente incómodo, la lanzó interrumpiendo a un grupo de legisladores que había planteado salir inmediatamente de la cita para decirle a la prensa que el proyecto que buscaba corregir el error en el padrón electoral había fracasado y que debía retirarse. El tema se abordó finalmente ayer en una reunión entre Fernández, Marcelo Díaz (Segegob), Nicolás Eyzaguirre (Segpres), Rodrigo Valdés (Hacienda) y Bachelet en La Moneda. Momentos después, el vocero lo comunicó públicamente. "Para concretarse esta iniciativa, requería un amplio acuerdo transversal, que no existe. Y, por lo tanto, desde esa perspectiva, la decisión del gobierno es no perseverar, de modo tal que no continuaremos con la tramitación de esta iniciativa legal", dijo.
La determinación venía precedida de varios factores. Tras una reunión de comités parlamentarios de la Nueva Mayoría realizada el lunes, un grupo de senadores, entre ellos Carlos Montes (PS), Ricardo Lagos Weber (PPD), Manuel Antonio Matta (DC) y Jorge Pizarro (DC), sostuvieron un encuentro a las 19.15. En esa conversación se analizó la falta de votos para aprobar el texto, no sólo por el rechazo de la oposición, sino porque al interior del bloque de gobierno habían condiciones.
Así, convocaron a Díaz, a quien le entregaron un mensaje, que resultó siendo, más tarde, un ultimátum: le dijeron que se debía concretar la renuncia de autoridades políticas por el error en el padrón, tal como lo pedía la UDI y RN. Y le manifestaron una molestia por la intención del gobierno de traspasar la responsabilidad del fracaso del proyecto a los legisladores. "Este no es un problema nuestro", le dijo Pizarro, junto con señalarle que si el Parlamento iba a asumir la responsabilidad, también debían hacerlo todos los sectores políticos, por lo que, además de lo anterior, sin el apoyo de Chile Vamos, ellos no se sumarían.
Díaz comunicó el mensaje a Fernández y a Eyzaguirre. Después, los tres se reunieron con todos los senadores. Esa cita es resumida por fuentes de La Moneda de la siguiente manera: un reflejo del quiebre que existe entre el gobierno y la Nueva Mayoría, pero particularmente centrada en la relación con los senadores, lo que se arrastra desde la tramitación del proyecto de intendentes.
En ese tenso encuentro, Pizarro reiteró la postura del bloque, agregó que había molestia porque sentían que "nos están pasando la pelota" y remarcó la necesidad de que La Moneda asuma costos. "Entiendo que algunos quieran que aquí rueden cabezas", dijo en ese momento el jefe de gabinete, frase que fue interrumpida por algunas bromas de quienes le mostraban las bandejas de plata que ingresaban funcionarios del Congreso con café y comida. En ese momento se sumaron quienes acusaron falta de proactividad del Ejecutivo y advirtieron vicios de inconstitucionalidad en el proyecto.
La intención de oficializar esa noche el fracaso de la iniciativa logró frenarse, para comunicárselo a Bachelet. Y se optó por elaborar un discurso público que apuntaba a la necesidad de un acuerdo transversal que no se estaba logrando, dejando a la UDI y RN como parte de los culpables de ese escenario, pese a que el oficialismo podría haber sacado adelante la iniciativa con sus parlamentarios y el voto de un solo diputado independiente. Pero ya habían varios integrantes de la Cámara con dudas y otros ausentes, lo que hacía inviable ese objetivo.
A La Moneda le quedaba, en todo caso, una alternativa: dejar que se tramitara el texto y que los parlamentarios aparecieran, ante la opinión pública, como los responsables de su rechazo y de una falta de solución para los 463 mil chilenos que vieron modificados sus domicilios electorales. Pero la presión de la Nueva Mayoría para que se anunciara el retiro de la iniciativa, considerando que podían surgir críticas enfocadas únicamente en el oficialismo debido a esa solución, forzó la desición.
Fuentes de La Moneda dicen que se decidió retirar el proyecto para evitar que el crítico discurso de los partidos de la coalición hacia el gobierno se prolongara. Y agregan que se habían sondeado los apoyos con los presidentes de las colectvididades, como Isabel Allende (PS) y Carolina Goic (DC). Así, señalan que, incluso, estaban seguros de que al menos la UDI se sumaría. Esto -explican- porque quien propuso la fórmula fue el consejero del Servel Andrés Tagle, experto electoral del gremialismo que, además, socializó el proyecto con ese partido. Pero los apoyos no estaban. Y en la Nueva Mayoría dicen que eso se lo advirtieron al Ejecutivo con antelación. Una de esas alertas se produjo el lunes a las 13.30, cuando Pizarro y los diputados Aldo Cornejo y Gabriel Silber conversaron con Fernández en Santiago, a quien le señalaron que no estaban asegurados los respaldos en el oficialismo. Aún así, el Ejecutivo insistió. En este contexto, durante la tarde de ayer la molestia en la Nueva Mayoría se incrementó. Y surgieron más dirigentes que pedían abiertamente la renuncia de autoridades de Palacio, dejando fuertemente cuestionado al equipo político de La Moneda.
"El gobierno actuó tarde y con liviandad. Después del 23 de octubre va a haber una fila de parlamentarios para exigir las responsabilidades", dijo Lagos Weber. Pizarro sostuvo que éstas "deben recaer en quienes tenían responsabilidad política de llevar adelante este proceso, y todos sabemos que el Servel es autónomo, pero la relación la lleva con uno de los ministerios del área política". En la colectividad nadie dudaba que se trataba de una crítica directa a Eyzaguirre. El vicepresidente DC Sergio Espejo agregó que "se ha combinado el oportunismo político de la derecha con la soltura de cuerpo con que el Servel insiste en incumplir sus obligaciones y la contumacia con que el gobierno ha hecho una verdadera escuela de no asumir sus responsabilidades políticas". Y el diputado Aldo Cornejo dijo que "si yo fuera ministro, ya no estaría en el gabinete".
En tanto, la presidenta de la Comisión de Gobierno, de la Cámara, Daniella Cicardini (PS), apuntó a la salida de la titular de Justicia, Javiera Blanco, de quien depende el Registro Civil. La secretaria de Estado, sin embargo, no asistió el lunes a esa instancia. Esto, por una decisión tomada por el gobierno para evitar que la sesión se centrara en su rol y en la crisis que arrastra también por la situación en el Sename y Gendarmería.