En la práctica de Colo Colo del pasado martes 19 se vivió una situación particular. El técnico albo, Pablo Guede, estaba en estado de alerta desde temprano, preocupado por la presencia de algunas personas en los departamentos aledaños al estadio Monumental. Pensaba que podía tratarse de espías, según cuenta un miembro de su staff.

Los trabajos debían ser absolutamente privados, de acuerdo a la planificación del estratega, sin embargo una vez que el entrenamiento comenzó, éste se dio cuenta de que había ocho personas presenciándolo a un costado de la cancha. El argentino detuvo la práctica de inmediato y preguntó a sus jugadores que quién había hecho ingresar gente.

Gonzalo Fierro levantó la mano y explicó que cuatro eran familiares suyos. Que habían aprovechado el feriado para acompañarlo al entrenamiento. Nadie, sin embargo, se adjudicó la presencia de los otros cuatro espectadores, por lo que Guede ordenó al personal de seguridad su inmediado desalojo.

El hecho generó una discusión con Esteban Paredes, quien salió en defensa de los fanáticos. "No están haciendo nada", argumentó el delantero. Y aunque hubo un intercambio de palabras, en el Monumental aseguran que después de la situación el entrenamiento siguió de manera normal y que es habitual que Paredes y Guede utilicen términos coloquiales para tratarse entre sí. "No pasó nada. No hubo pelea ni mucho menos. Fue apenas una visión distinta ante una determinada situación", acota un funcionario del estadio de Pedreros.

Los familiares de Gonzalo Fierro, en tanto, no fueron sacados del entrenamiento.

En tanto, pese a que se esperaba para hoy en la tarde la palabra del técnico en conferencia de prensa, éste finalmente sólo dialogará con los medios después del partido que sostendrán los albos mañana ante San Luis (20.30), en el inicio de la séptima fecha del torneo de Transición.