El pasado 18 de octubre, el ministro en visita Mario Carroza, quien investiga dos operaciones del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) en 1991, el asesinato del senador UDI Jaime Guzmán y el secuestro de Cristián Edwards, ingresó a la Corte Suprema un oficio solicitando que se tome declaración en México a Raúl Escobar Poblete
Este ex frentista, conocido como "comandante Emilio", se encuentra detenido en el país azteca desde fines de mayo y es indagado por su presunta pertenencia a una red de secuestradores. En Chile, Escobar está procesado como autor material del crimen de Guzmán y es investigado por su participación en el plagio de Edwards.
El exhorto internacional presentado por Carroza, al cual tuvo acceso La Tercera, incluye una serie de antecedentes que ha recopilado el juez en los últimos meses. Entre estos se encuentra la declaración de Florencio Velásquez Negrete, alias "Floro", y quien es el último ex frentista prófugo que fue detenido por la policía, el pasado 26 de septiembre.
"Floro" se encuentra procesado por su presunta participación en el secuestro de Cristián Edwards y, según declaraciones de otros ex subversivos, se sospechaba que cooperaba con los organismos de inteligencia de la época. Velásquez descartó esta versión y, además, indicó que "Emilio" no le generaba confianza. Actualmente, está en libertad bajo fianza.
Si bien en una primera instancia solo indicó que era un "militar histórico" del FPMR y evitó dar más antecedentes, semanas después entregó su versión al juez Carroza. "Formé parte del Frente Patriótico Manuel Rodríguez durante los años de dictadura", es la primera frase del testimonio. Luego, indicó que "en los tiempos iniciales, como éramos estudiantes, no se trabajó bajo compartimentaje. Para esa época formábamos grupos de discusión para ver qué hacer y la mayor cantidad de asuntos que teníamos eran de carácter universitario".
Luego, añadió que fue detenido en 1987 y que se fugó desde la Cárcel Pública en 1990, momento en que pasó a la clandestinidad.
"Estuve mucho tiempo oculto, trabajaba ocasionalmente con personas o contactos políticos, y en un momento determinado me vi agotado y fui ubicado y mandado a buscar, porque la organización se había atomizado, había rumores de infiltración. Así fue que accedí y me reuní bajo el amparo del documento conocido como 'Manhattan'. Me acuartelaron y debí esperar más o menos una semana, hasta que llegó Ramiro (Mauricio Hernández Norambuena), con quien nunca tuve 'buenas migas', pensábamos diferente", indicó Velásquez.
"Floro" añadió que "él me estaba planteando actividades operativas, a eso ya corría el año 1990. No confiaba en él, tuvimos un encontrón y le planteé que me sacaran del lugar, por esa razón no supe del secuestro de Cristián Edwards y me enteré por la prensa".
Luego de este episodio, el ex subversivo indicó que "quedé a la deriva" y que a través de su hermano se enteró de que había unas personas que lo estaban buscando, indicando que lo conocían de la Cárcel Pública y que querían ayudarlo. Así fue que se puso en contacto con un hombre apodado "Claudio", quien en realidad era Agdalín Valenzuela.
Este último resultó ser el principal informante de La Oficina (ente que buscaba desarticular a los grupos subversivos tras el retorno a la democracia) y el "Floro", según su testimonio, desconfió de la ayuda que le ofrecía. "Nunca entendí las razones o las intenciones que tuvo Agdalín para entregarnos", dijo Velásquez.
Luego, el ex frentista relató las circunstancias que lo llevaron a conocer a diversos miembros del FPMR, incluido "Emilio". "Cabe hacer presente que mientras estuve en la Cárcel Pública, estuve con (Mauricio) Arenas, quien había participado en el atentado a Pinochet. Nos conocíamos del puerto (de Valparaíso). Es por ello que vi a Escobar (Poblete), porque iba a la cárcel. Lo mismo que Marcela (Mardones)". Con respecto a estas personas, a quienes califica de "cabros", indicó que "no los conocía, eran muy jóvenes, no me generaban confianza y yo conocía más a la gente operativa, fundamentalmente antigua".
Finalmente, señala que "el secuestro de Edwards, pienso que puede haberse gestado por escasez de dinero. A esas alturas del partido, a mi juicio, eso no se ve bien".
Además, acotó que "nunca tuve ni he tenido ningún contacto con los servicios de inteligencia de la época".