El Camp Nou recibió el partido que todos querían ver. 98.455 asistentes en las tribunas y 650 millones de espectadores, en 185 países, estaban expectantes para el choque entre los colosos. Barcelona y Real Madrid animaron un partido que no sentenciaba el desenlace de la liga pero podía marcar el desarrollo de la misma. De manera agónica, cuando los caminos no asomaban para encontrar un gol, un cabezazo de Sergio Ramos revitalizó al Madrid.

En definitiva, fue un 1-1 que le sirve poco y nada al Barcelona.

El clásico del mundo fue un partido parejo, con un primer tiempo apretado y friccionado, y que recién se abrió en el complemento gracias al balón detenido. El Real Madrid llegó al Camp Nou como el sólido puntero de la liga y con una racha de 32 partidos seguidos sin perder, en todas las competencias. Mientras tanto, el Barcelona tenía la obligación de ganar para que la opción del título no se esfume. La buena noticia fue el retorno de Andrés Iniesta. El talentoso volante volvió a la actividad luego de aproximadamente un mes, al superar una lesión parcial en el ligamento lateral externo de su rodilla derecha. Entró en el segundo tiempo por Rakitic.

Las dos máximas figuras del fútbol mundial aparecieron de manera aislada. Si Cristiano Ronaldo fue pifiado cada vez que tocó el balón, y tuvo un par de ocasiones para anotar (aunque nada muy nítido), Lionel Messi fue el más activo de los tres atacantes que dispuso Luis Enrique, pero también se recogía en la cancha para intervenir y generar fútbol. El 10 azulgrana, quien por primera vez fue capitán en un clásico, es el máximo artillero en este tipo de partidos con 21, pero suma ya seis cotejos consecutivos sin anotarle al Madrid.

Los catalanes no estaban muy cómodos en la cancha. Los de Zidane, sin hacer un gran juego, estaban más cerca de anotarle a Ter Stegen, quien jugó por primera vez ante la Casa Blanca con el escudo del Barcelona en el pecho (ello tras la partida de Claudio Bravo). Pero un tiro libre cambió el partido.

En los 53', un tiro libre de Neymar es cabeceado por Luis Suárez, quien le gana por arriba a Varane, y bate a Keylor Navas. Una ventaja mínima pero importante, porque con eso el local mejoró. Y bien pudieron ampliar la diferencia. Tanto Neymar como Messi tuvieron en sus pies las oportunidades para sentenciar el partido.  Pero no lo hicieron.

Minuto 90. Preciso tiro libre de Luka Modric (de lo mejor del Real Madrid) y Ramos gana por arriba. Gol, empate y el Camp Nou en silencio. El Barcelona tuvo una ocasión postrera para ganarlo, con un cabezazo de Sergi Roberto que Casemiro sacó de la línea. Al final, el empate mantiene firme a los madridistas arriba y con una racha que suma 33 partidos seguidos sin perder, a uno del récord del club, que le pertenece al equipo de Leo Beenhakker entre 1988 y 1989.