El 24 de noviembre se cumplirán dos años desde que el guía turístico Kurt Martinson García (35) desapareció en San Pedro de Atacama. La fiscalía, Carabineros y la PDI, así como grupos especializados en búsqueda de personas, han rastreado por meses parte del Desierto de Atacama. Todos los esfuerzos, hasta ahora, han sido en vano.
Transcurridas las primeras semanas del hecho, un equipo de la Brigada de Ubicación de Personas (Briup) de la PDI entrevistó a familiares de Martinson, así como a las últimas personas que tuvieron contacto con él. Estas diligencias quedaron plasmadas en un documento que estuvo en las manos del Ministerio Público y otros intervinientes en la causa.
El escrito, de ocho páginas, incluye una breve biografía del guía turístico, así como una cronología del día en que desapareció.
Ahí, además, se plantea la tesis central que levantaron los policías: "Se logró establecer que los días previos a su desaparición comenzó a sufrir de estrés laboral, lo que habría desencadenado en trastornos sicóticos y delirios. Además, mantenía varios proyectos, referentes a la creación de una discotheque subterránea, para lo cual requería una fuerte suma de dinero, la cual no tenía". El documento añade que Martinson había señalado que conocía la existencia de minas en las que podría extraer minerales preciosos, especialmente oro, y así obtener recursos para sus proyectos. "Se presume que mientras se encontraba en ese estado sicótico concurrió hasta dichos lugares y, al no tener juicio de realidad, pudo caminar por horas o días hasta sufrir agotamiento y fallecer en cualquier parte del desierto, siempre en dirección a la salida norte", dice el escrito de la policía.
¿Y cómo llegaron a esta conclusión? El resumen de la vida de Martinson indica que padecía de narcolepsia (trastorno del sueño). Luego, se señala que trabajó en turismo en el sur de Chile y que en junio de 2014 se instaló en San Pedro de Atacama. Ahí conoció a Sonia Ramos, quien indicó que la víctima "le señaló que podía escuchar el pensamiento de la gente", motivo por el cual le prestó ayuda "como terapeuta". En octubre consiguió empleo en el Hotel Alto Atacama.
El día de su desaparición llegó a trabajar a las 9.00 y salió con un grupo de personas. A las 12.30, al regreso del tour, "los turistas realizan un reclamo en contra de Martinson, señalando que comenzó a demostrar conductas extrañas, manteniendo tratos hostiles, solicitando que no realice más tours".
Otro evento clave ocurrió a las 15.34. "Severine Clerc-Girard, quien corresponde a su ex pareja, lo llama para saber cómo se encuentra, ya que se enteró de que tuvo problemas en el trabajo. Martinson solo le responde que en la recepción del hotel le dejó su libro (que le había prestado en junio). Ella expresa su malestar, ya que pensó que le entregaría el libro en persona, además que ella habitualmente no va hacia el hotel, ya que se encuentra alejado de la ciudad. La duración de la llamada fue de menos de un minuto, después la víctima no vuelve a contestar llamados".
En la declaración de Patricio Fuentealba se indica que a las 16.00 de ese día su hijo encontró el teléfono de Martinson botado a un costado del camino, a medio trayecto entre el hotel y el centro de la localidad. Estaba sucio, con carga y encendido.
A las 18.30, el guía turístico se encontró con Guadalupe Bautista, quien les indicó a los policías que Martinson "le pidió que le convide agua en una botella. Además, señala que se encontraba con el torso desnudo y luego se retiró en dirección al norte, hablando solo". A las 19.00, un obrero de una estación fluviométrica vio a la víctima caminar hacia el norte, siendo "la última persona que lo divisa".
Conclusiones
Los detectives descartaron, por no haber antecedentes, que se tratara de un abandono o un suicidio. Respecto de que sea una desaparición producto de terceros, se indica que "fue visto por camino Catarpe, durante varias horas caminando sin compañía y hablando solo. Además, se descarta el robo de su aparato celular, por cuanto mantuvo una llamada con su ex pareja y a los pocos minutos fue encontrado el teléfono por otras personas, llegando a concluir que la llamada generó que se deshiciera del móvil y sus documentos, los cuales fueron encontrados en un radio cercano (...)".
Los policías establecieron "la hipótesis de 'muerte por accidente', por cuanto diversos testigos lo vieron caminar por Catarpe, desplazándose por el río, en dirección a la mina San Bartolo, siendo visto por última vez a las 19.00".
Los detectives realizaron el posible recorrido que habría seguido Martinson, determinando que luego de dos horas de caminata le habría pillado la noche "y por lo complicado de la geografía es imposible seguir avanzando sin luz natural". Si hubiera continuado por el lecho del río "hubiese llegado a la mina San Bartolo, donde existen trabajadores que lo pudiesen haber visto, lo cual no sucedió".
Madre critica a la policía
"La causa es por secuestro, no se puede cerrar nunca y espero que se concrete la diligencia de reconstitución de escena que solicitó Vinko Fodich (su abogado)", enfatizó Ana María García, madre de Kurt Martinson, al reiterar su rechazo a la tesis de la policía.
Agregó que "puedo decir que la PDI miente, y con fundamentos. Yo leí ese informe. Mi hijo no iba a construir una discotheque, iba a administrar una discotheque de la señora Sonia Ramos (...). Yo le puedo mostrar clínicamente que mi hijo no estaba enfermo. Lo que hizo la PDI está mal hecho. Tengo todos los informes del hospital que demuestran que jamás estuvo en estado sicótico y que no tenía la enfermedad que ellos dicen que tenía".
Respecto de ese peritaje, la madre del joven ha presentado informes a la fiscalía para acreditar que su hijo no tenía ninguna de estas patologías. "También tengo el informe del mejor especialista de Sudamérica, por no decir del mundo, que le hace clases a la PDI, Giorgio Agostini, que dice que Kurt no padecía esquizofrenia y no tenía ningún estado sicótico (...). No estaba medicado. No voy a aceptar a la PDI que hable lo que quieren para enlodar a mi hijo y tratar de tapar algo que todo el mundo sabe".
Sobre este punto, Ana María García criticó la labor de algunos detectives en la investigación por la desaparición del guía turístico en San Pedro de Atacama. Indicó que se mostró una prenda de ropa en un programa de televisión que sería de Martinson, pero "nunca se va a poder saber, porque se rompió la cadena de custodia al sacarlo para la televisión".
También cuestionó las declaraciones de una médica que señaló que su hijo padecía esquizofrenia, contra quien presentó una querella por el presunto entorpecimiento de la investigación. "Ella rompió un secreto profesional y dice que mi hijo padecía esquizofrenia y que no se dejó de tomar nunca los remedios. Ella nunca lo atendió. Yo tengo todos los datos de neurología. Mi hijo no tenía nada".
Agregó, además, que "manejo la tesis de homicidio, porque mi hijo no era una persona suicida. El tenía un Dios universal que no acepta el suicidio. El no lo iba a hacer, y por lo que yo hablé con él, no tomaba pastillas".
La búsqueda
Uno de los puntos claves de este proceso judicial ha sido la búsqueda del joven por el desierto, en la que incluso han participado grupos especializados que trabajaron mano a mano con la policía y el Ministerio Público de la región, que es dirigido por el fiscal Alberto Ayala (ver nota en la página 4).
La madre de Kurt Martinson se mostró insatisfecha por el resultado de estas diligencias, sin embargo, manifestó que respetará la decisión que tome el persecutor regional "La búsqueda fue mala…, pero no hablaré más para que no se provoque ningún problema para la causa, lo que sí respeto es lo que haga el fiscal Alberto Ayala", finalizó.