Tener presencia en el mundo de los vivos tras la irrevocable muerte es más cierto para los habitantes de un pequeño pueblo del norte de Turquía llamado Sarvan. El ciberespacio les ofrece un "nicho" en la red para que puedan ser recordados desde cualquier lugar del mundo con acceso a Internet.

Los datos en vida de los fallecidos, unas fotos de sus lápidas y unas pistas de audio con rezos del Corán son colgados en la página web del ayuntamiento de Sarvan cuando uno de sus vecinos muere. De este modo, el cementerio bajo tierra se alza al universo en línea.


"Para los musulmanes es muy importante rogar por nuestros familiares y seres queridos en las fiestas y días señalados", indica HüseyinTürkfiliz, creador de este servicio, en declaraciones a BBC Mundo.

"Con la emigración intensiva que ha sufrido la zona hacia las grandes ciudades por el proceso de urbanización del país, muchas personas se han alejado del pueblo y no pueden venir hasta aquí a visitar las tumbas. Esto es una forma de acercarlos a las raíces", explica.

PRESTACIONES
Esta envejecida población apenas cuenta con 400 habitantes, pero los emigrantes hacen que la página registre más de 5.000 visitas al mes, cifra que se dispara en aniversarios, festivos o en Ramadán.

Uno de los usuarios es Serdar Salbacak, que tras el cierre de varias fábricas de su provincia y persiguiendo una educación superior de mayor calidad, emigró a Canadá. "En los días santos busco a mi abuelo en la lista de la página web y cumplo con los requisitos de nuestra religión", explica a BBC Mundo.

En la web del ayuntamiento del pueblo, un sencillo banner con una lápida indica bajo el nombre "MezarZiyarti" que ahí está la entrada al cementerio virtual.

Un imán tiene grabadas dos pistas de audio en MP3 en las que entona pasajes del Corán y pide el perdón de los pecados y el descanso del alma. "Es de muy fácil manejo y realmente sentimos que nos acerca a la familia", añade Salbacak.

En esa lista tienen su sitio desde los turcos y turcas que murieron en los años 40 hasta los de la actualidad. Están prácticamente todos, incluso a los que no tuvieron dinero para hacerse una lápida, les representa una foto de su correspondiente fosa de tierra y flores silvestres.

ALGO MAS QUE UN CAMPOSANTO VIRTUAL
"Pero esto no es sólo una herramienta para honrar a seres queridos. Con esta aplicación hemos conseguido que los ciudadanos de la localidad conozcan los servicios civiles que ofrece el ayuntamiento", explica Türkfiliz.

En este sentido, el gobierno local también desarrolló 'La visita virtual a su vecino'. "Hasta 1.000 personas han añadido información de dónde viven, su estado civil, sus cumpleaños e incluso de su grupo sanguíneo a una lista ordenada alfabéticamente", dice.

Türkfiliz comenta que las cosas han cambiado mucho en los últimos tiempos. En el momento en que empezó a desarrollar esta aplicación, hace algo más de cinco años, en el colegio de la aldea apenas había un ordenador, y por supuesto sin Internet. "Ahora el ADSL está instalado hasta en 40 aldeas, cuya media de edad es de 55 años. Incluso mi padre, de 71 años, usa Facebook", asegura.

Türkfiliz apunta que adoptó la idea tras tomarla de las redes sociales. "Antes teníamos más visitas, pero con el desarrollo de Facebook se han reducido porque cada uno tiene su propio sitio web".

OTRAS OPCIONES

Pero el cementerio virtual de Sarvan no es el único medio para recordar a los ausentes que ofrece internet.

La web norteamericana "Find a Grave (encuentre una tumba)" comenzó en 2001 indicando dónde están localizados los restos de los famosos y luego amplió su servicio a anónimos.

La página argentina "El Adiós" también desarrolló un servicio similar hace diez años, que incluía la entrega de ramos de flores, dedicatorias, músicas…

"Pero está parado. Ahora buscamos inversores para desplegar todo su potencial", comentó a BBC Mundo su gestor José Luis Nicoletti.

Y por supuesto, las redes sociales más populares, como Facebook, también disponen de canales para rendir homenaje a los difuntos.

"En Facebook hemos creado la idea de 'perfilesconmemorativos', donde se pueden guardar y compartir los recuerdos de aquellos que han fallecido", se lee en la entrada del blogoficial de compañía "Memorias de amigos que ya no están entre nosotros".

Aunque más humilde y familiar, hasta el momento, al pequeño cibercementerio de Sarvan no le hizo falta difusión, tan sólo acceso a internet.

Y si no hay conexión, siempre quedarán los restos a la intemperie, recibiendo la brisa del cercano Mar Negro.