Durante la tarde del miércoles las caras de preocupación se multiplicaban entre los organizadores de la serie de Copa Davis entre Chile y Colombia. La arcilla del Centro Recreacional Huayquique no lograba compactarse y, en una jugada casi desesperada, optaron por rellenar con sal el terreno para endurecerlo. Al mismo tiempo, los emisarios de la ITF aguardaban para tomar una decisión.

Ayer en la mañana el panorama mejoró bastante. La fórmula estaba dando resultado. Sin embargo, nuevamente la cancha no se pudo utilizar. En la tarde se intentó, pero tampoco se pudo, pues faltaba limpiarla y ponerle una nueva capa de arcilla. Esta situación molestó en ambos equipos, aunque fue Santiago Giraldo, número uno de Colombia, quien hizo más evidente su enojo, pues le exigía un veredicto al árbitro general, el ecuatoriano Carlos Nieme. Éste sólo se limitó a darle la misma respuesta que entregó previamente a los medios de comunicación.

"Ha habido mucho mejoría, incluso de la mañana a la tarde y la idea es jugar. De todas maneras estamos haciendo evaluaciones constantes", explicó el juez. En este contexto, destacó: "Se buscaron otros medios, se habló con un ingeniero en suelos, que nos dio una nueva indicación y que dio muy buenos resultados. La intención es comenzar a las 10 de la mañana, que es la hora en que está programada la serie".

Momentos después, Marcelo Ríos y Nicolás Massú visitaron la cancha y dieron varias vueltas. Luego se sumaron el presidente Ulises Cerda y el vicepresidente Esteban Elías. Incluso, los dirigentes se animaron a ensayar unos tiros para certificar que las condiciones habían mejorado.

Los equipos optaron por seguir trabajando en la cancha del Club de Tenis Huayquique, distante a cinco minutos del recinto donde se jugará la serie, por lo que, en un hecho casi inédito, llegarán a la confrontación con escasos minutos en la pista central.

Durante la mañana, minutos antes del comienzo de la serie, se hará una última evaluación, aunque entre los organizadores hay optimismo de que se podrá jugar en las condiciones y dentro de los horarios pactados, sin poner en riesgo la condición física de los jugadores.

Fuera de la cancha, se espera un público que bordeará los 1.300 espectadores, pues gran cantidad de iquiqueños se encuentra en La Tirana celebrando la tradicional festividad religiosa.