Estar en Nueva York es como estar en el centro del mundo. Una ciudad impresionantemente cosmopolita y pensada más en la gente del resto del planeta que en sus propios habitantes, esa misma urbe que nos recibe con una temperatura de 10 grados bajo cero y un sol radiante.
Andando por sus calles y recorriendo el metro no es difícil percibir que hay un ambiente festivo por el Juego de las Estrellas de la NBA. Debo reconocer que se me hace difícil caminar, y que quizás nunca en mi vida había sentido tanto frío; pero mis colegas, la mayoría mexicanos, me animan a seguir y me comentan de las bondades del Media Day, en el Hotel Sheraton, muy cercano a Times Square. Mi objetivo es uno solo y bastante difícil: lograr hablar con uno de los Gasol, u ojalá con los dos. Ambos son el suceso de este año, porque serán los primeros dos hermanos en ser titulares en la historia del All Star Game.
Al mediodía llegamos al hotel y, de inmediato, somos sometidos a un riguroso control. Dos afroamericanos, impecablemente vestidos y que superan los dos metros, proceden a inspeccionar nuestras pertenencias con un detector de metales. Cumpliedo el trámite, avanzamos hacia uno de los salones. Ingresamos. Lo que vemos es algo impresionante.
Ahí, distribuida en pequeños stands, se encuentra la mayoría de las estrellas de los equipos del Oeste y del Este. Un ejército de periodistas de todo el mundo se abalanza sobre las figuras. Marc Gasol es impresionantemente asediado, incluso más que su hermano y al nivel del megacrack LeBron James. Así, la misión se torna casi imposible.
Sin embargo, el milagro se produce y al final del diálogo me encuentro cara a cara con el astro de Memphis Grizzlies, a un costado de la tarima donde ofreció la conferencia de prensa. Se detiene, me saluda amablemente, y se da tiempo para contestar. Incluso, habla de Chile y curiosamente el fútbol es lo primero que se le viene a la mente. "Hombre, claramente conozco a los deportistas, sobre todo a los futbolistas. La manera que tienen de jugar es admirable. Aunque, sin duda, Chile es mucho más que sus futbolistas o deportistas". También confiesa que se siente un latinoamericano más: "Somos parte de Latinoamérica, sentimos el apoyo y el cariño que nos dan".
Luego de eso, reconoce, con una gran humildad, que no hace mayores proyecciones. "No es mi objetivo quedar entre los mejores extranjeros de la historia de la NBA", asume. También afirma que es difícil elegir a un favorito. "Hay muchos jugadores y hay diferentes momentos en la historia, y eso me dificulta poder darte una respuesta".
Un guardia apura a Marc, quien se despide muy cordialmente. Pero esta especie de "Expo NBA" continúa. Es el turno de los basquetbolistas del Este, encabezados por LeBron. Sin embargo, también hay mucha expectativa por lo que diga Pau, quien se sentó en el mismo asiento de su hermano. Con una cercanía a toda prueba, el pivote de Chicago Bulls responde todo. Antes de su retirada del lugar, también se da un tiempo para hablar con La Tercera y expresar su idolatría por varios de sus colegas: "¿Un jugador latino? Bueno, admiro a muchos jugadores. A mi hermano, por ejemplo, lo admiro por razones obvias y por el grandísimo nivel al que ha conseguido llegar. Admiro también a Manu (Ginóbili). Es un grandísimo jugador, ha hecho una carrera espectacular y tiene todo mi reconocimiento y admiración".
Al igual que Marc, no se considera uno de los mejores extranjeros que ha pasado por la NBA, aunque sí pone matices: "Es complicado, no intento pensar en ese tipo de reconocimientos. Las cosas vienen solas y hay jugadores internacionales, como Hakeem Olajuwon, cuya carrera es difícil de mejorar. Tim Duncan es otro jugador que creo que es imposible de superar… Pero, bueno, yo creo que tienes que dejar tu propia huella y eso es un poquitito a lo que cada uno debe aspirar. Aspiro a dejar mi huella y a hacerlo lo mejor que pueda con mis habilidades".
De todos modos, sí se siente parte de la historia, por su histórica presencia en el All Star con Marc: "Eso sin duda. Eso está ahí y no me lo quitará nadie", sentencia.