En un día que ha sido calificado como histórico, la reina Isabel II recibió ayer en una cena en el castillo de Windsor a Martin McGuinness, viceprimer ministro de Irlanda del Norte y ex comandante del Ejército Republicano Irlandés (IRA), organización paramilitar que luchaba por la anexión de Irlanda del Norte -perteneciente a Reino Unido- a la República de Irlanda. El conflicto se extendió desde 1969 hasta 1998 y cobró la vida de 3.600 personas.

La cita formó parte de la visita que el Presidente de Irlanda, Michael Higgins, hizo a Reino Unido: la primera que realiza un jefe de Estado de ese país a Londres. El mandatario fue recibido al mediodía por la monarca, con quien compartió una carroza y escolta de la guardia real hasta las puertas del palacio. Las calles de Windsor estaban cubiertas con banderas británicas e irlandesas y se dispararon cuatro salvas de honor. Durante un discurso en el Parlamento, Higgins dijo que ambos países pueden estar "inmensamente orgullosos" en su trabajo hacia la paz en Irlanda del Norte, pero aún quedaba un "camino por viajar".

El viaje fue considerado por los analistas como una consolidación a otros gestos, como el viaje que hizo la reina a Irlanda en 2011. Y cuando coincidió con McGuinness por primera vez, durante una visita a un teatro de Belfast en junio de 2012. En aquella ocasión, se dieron la mano ante las cámaras.

Así, los ojos estaban puestos en McGuinness, quien durante años fue considerado el "enemigo número  uno" de la corona por la prensa británica, y que incluso se había negado a ocupar su escaño en el Parlamento británico, precisamente para no tener que prestar juramento de lealtad a la reina. De hecho, era uno de los máximos responsables del IRA cuando la organización guerrillera mató en 1979 a Luis Mountbatten, tío del príncipe Felipe, esposo de la reina.

Pero fue también uno de los principales artífices del proceso que llevó al IRA a dejar las armas y uno de los principales negociadores  del acuerdo de paz del Viernes Santo, en 1998. Esto lo llevó, como miembro del Sinn Fein, a integrar el gobierno regional de Irlanda del Norte, en coalición con sus antiguos enemigos protestantes del Partido Unionista Demócrata.

El domingo, McGuinness rindió homenaje al "papel determinante" que la reina "desempeñó y sigue desempeñando en el proceso de reconciliación".