El sábado, a las 16 horas, cuando comience el Superclásico, en Ñuñoa se registrarán 30 grados de temperatura. Además, correrá poco viento y el índice de radiación ultravioleta será de 11. Es decir, llevará el calificativo de extremo.

Según los especialistas, el escenario es el peor para disputar un partido de fútbol. Ese, además, es el primer punto de encuentro en una rivalidad que, frecuentemente, no admite consensos. 

Tanto en el CDA como en Macul, los principales referentes de Universidad de Chile y Colo Colo aludieron al efecto que el calor producirá sobre ambos equipos. En los albos sacó la voz el arquero paraguayo Justo Villar. "El horario es bastante malo, por el calor que hace. Se podría atrasar más, pero nostros hablamos de este lado y del otro (la ANFP) hacen oídos sordos, así que es medio complicado", disparó el guardameta.

La vocería de los azules la asumió el capitán José Rojas. "Nosotros hemos jugado a las 12 y a las 16 horas y eso afecta a los dos. Yo creo que la mejor hora para jugar es a las 20 horas", dijo el defensor.

La alta peligrosidad del duelo, en materia de seguridad, torna impracticable una medida de ese tipo. De hecho, la posibilidad de retrasar el partido ni siquiera se analizó oficialmente, más allá de las quejas de ambas escuadras. La realización del espectáculo Lollapalooza también influyó en la decisión de mantener el horario, por la gran demanda de carabineros e incluso de guardias para el show.

Los cuerpos médicos preparan las medidas. En ambos casos, se reforzará la hidratación de los jugadores a través de la ingesta de agua y de bebidas isotónicas antes y durante el encuentro. "Además, a los jugadores se les aplicará protección solar, para evitar problemas", explica el médico albo Jorge Cheyre. En el Cacique también se medirá la densidad urinaria de los jugadores en el entretiempo. Ese  parámetro es  clave para detectar problemas derivados de la falta de líquido en el cuerpo.

Un deportista sometido a esta exigencia debe ingerir entre cuatro y seis litros de agua diarios, además de bebidas ricas en electrolitos. Por el contrario, debe evitar el consumo de café y de otros líquidos calientes.

Seguridad máxima

Ayer quedó definido el dispositivo de seguridad. Azul Azul invertirá $ 90 millones en el operativo para recibir a los 30 mil espectadores que fueron autorizados por la intendencia metropolitana. En el club estudiantil atribuyen a ese factor el elevado valor del boleto para galería: $ 10 mil. "Debido a los altos costos en seguridad, con los ingresos que obtenemos por la venta de boletos de galería, no alcanzamos a cubrir la operación", explicó Eduardo Álamos, gerente de Desarrollo y Finanzas de Azul Azul. Habrá 300 guardias, además del contingente de Carabineros.

El ingreso de bengalas es el asunto que más preocupa. En la concesionaria estudiantil aclaran que es imposible garantizar una efectividad absoluta en la prevención, pues los fanáticos recurren a distintos métodos para su internación y, legalmente, los guardias están impedidos de registrarles algunas partes del cuerpo, resquicio que utilizan para ese fin.

Las medidas de control se iniciarán con la toma anticipada del control del recinto. La U tomará posesión del Nacional el viernes y revisará las cañerías y la red húmeda. Se registrará el ingreso de los hinchas con cámaras de seguridad y existirá  una mayor coordinación entre guardias y Carabineros para detectar y detener en el acto a los posibles infractores. Al barrista que sea detenido se le aplicará inmediatamente el derecho de admisión.

En el Estadio Nacional habrá 67 puntos de acceso y 180 controles y se instalarán tres mil rejas para direccionar el ingreso de los aficionados. En las puertas se instalarán 40 detectores de metales.

En el contorno del principal coliseo deportivo del país se dispondrán tres anillos que sólo podrán traspasarse con el boleto y la cédula de identidad. Las puertas se abrirán a las 13 horas, para permitir un ordenado ingreso, que será guiado por 10 funcionarios dotados de megáfonos.

Los hinchas albos, que ocuparán 850 lugares,se ubicarán en la galería Pacífico Lateral Norte. Una de las preocupaciones es evitar que ambas aficiones coincidan en los accesos.