Un niño de dieciocho meses murió hoy y otras catorce personas resultaron heridas, al menos tres de ellos de gravedad, por una explosión, al parecer causada por gas, en una vivienda de Long Island (Nueva York), que terminó reducida a escombros.
El menor fallecido era una de las personas que se encontraban en una vivienda en el condado de Suffolk, a las afueras de la Gran Manzana, que explotó poco antes del mediodía según recogen diferentes medios locales.
Los heridos, entre los que se encuentran los padres del bebé fallecido, fueron llevados a diversos hospitales de la zona para ser atendidos por intoxicación con humo.
Parte de la ropa de las víctimas quedó colgada de las ramas de un árbol, a unos nueve metros de altura, debido a la fuerza de la explosión, que causó daños a otras residencias y, que de acuerdo con los bomberos, podría estar relacionada con un problema de gas.
"Fue una explosión potente", dijo el subjefe de la Policía del condado de Suffolk, John Meehan, en declaraciones al diario digital Hufftington Post.
Por su parte, Anthony Acevedo, de 16 años, dijo al rotativo que trabajaba en su ordenador cuando escuchó "una gran explosión" y sintió que su casa se estremecía.
"Las cosas se caían de las paredes. Creí que un árbol había caído sobre nuestra casa. Un vecino gritaban 'ellos necesitan ayuda' y corrí a llamar al 911 (servicio de urgencias)", señaló.
"Vi a un muchacho que salió por la calle todo quemado, con su ropa destrozada, y entonces sacaron a una joven y ella gritaba 'ay Dios mío, mi bebé está ahí adentro, saquen a mi bebé'", recordó el joven.