Martes. Partido de primera ronda en la cancha 1, segunda en importancia del Movistar Open by Cachantun. Alrededor de 50 personas miran el encuentro, la mayoría personalidades relacionadas al tenis. Estaban ahí para ver a Casper Ruud, jugador noruego de 17 años que está en su primera temporada como profesional.

El joven gana fácil y rápido por un doble 6-2. Se va de la cancha atendiendo a los dos niños que le piden una foto y al pasar por el pasillo que lo guía a camarines, muchos jugadores se dan vuelta a mirarlo, como si supieran de quién se trata.

En diez meses, el nórdico ha sorprendido al mundo del deporte blanco conquistando su primer título challenger en Sevilla hace poco más de un mes. Era su primera vez jugando un torneo de esa categoría y le ganó a un top 100: el español Íñigo Cervantes. Con dicho logro, se convirtió en el cuarto juvenil en quedarse con un título de ese nivel en el primer intento tras Michael Chang, Richard Gasquet y Jonathan Stark. Además, ha ganado dos futuros este año y ha llegado a la final de otro par.

Sobre su decisión de empezar a jugar torneos profesionales a los 17 años, declarA: "Estoy muy feliz. Empecé en febrero y ha sido un gran año.  He subido mucho en el ranking, jugando muy bien. No esperaba venir a Sudamérica, pero al ganar en Sevilla cambié de planes".

Y es que el ex número uno del mundo en juniors no esperaba estar entre los mejores 300 del planeta tan rápido. Entonces pensaba jugar futuros en Noruega, pero su rápido ascenso lo llevó a viajar a buscar puntos a América del Sur. "Mi meta para este año era ser top 500, pero cuando superé esa barrera me propuse estar entre los 400 antes de agosto, hasta que gané en Sevilla y quedé arriba del 300", contó.

Hijo de Christian Ruud, tenista de la época de Marcelo Ríos que llegó a ser 39 del mundo, Casper jugó en juniors, donde competía mano a mano con el crédito nacional, Tomás Barrios.  En el Master de la categoría en 2015, el chillanejo ocupó la tercera plaza y el noruego la segunda.

En el mismo año, jugaron en semifinales del torneo ITF Astrid Bowl de Bélgica con victoria para el chileno por un doble 6-3. Dichas coincidencias en los campeonatos los ha llevado a tener relación fuera de la cancha. Incluso, Ruud estuvo viendo el debut de Barrios en el Movistar Open antes de que le tocara a él: "Creo que Tomás es un excelente jugador, vi que ganó un futuro hace poco y en juniors también era muy bueno. Somos amigos, nuestros entrenadores también lo son. Es bueno tener alguien que conoces en el circuito y con quien puedes pasar el rato. Si tengo tiempo, voy a apoyarlo y él hace lo mismo conmigo".

En segunda ronda, el miércoles, volvió a ganar en sets corridos. Pero en cuartos de final, ayer, se topó con Máximo González, experimentado jugador argentino, y cayó en tres parciales. Se fue ofuscado de la cancha y no a camarines, sino que a un gran terreno de pasto continuo al court, donde lanzó su raqueta suavemente, pero lejos, y se sentó cabizbajo a pensar ante la atónita mirada de unos cuantos espectadores. A los cinco minutos se fue al camarín con un rostro que parecía tranquilo.

El jugador espera terminar esta temporada entre los mejores 200 del mundo, actualmente está en la posición 265.