Un futbolista puede llegar a aumentar en un kilogramo su peso por la celebración de Fiestas Patrias. Eso si la ingesta calórica es extrema y se aparta absolutamente de las recomendaciones que suelen recibir antes de un feriado relativamente prolongado. En general, el alza en la masa corporal no supera los 300 gramos y no involucra un incremento en el porcentaje de grasa, el factor que más inquieta a los preparadores físicos.

La realidad es muy distinta a la de un persona sedentaria, que puede sufrir un variación de hasta seis kilos por el cambio en los hábitos alimenticios. Esa consideración incluye el consumo de comidas y bebidas altamente calóricas sumadas a la ausencia absoluta de actividad física.

"Para subir seis kilos en tres o cuatro días, habría que comerse un animal entero", ironiza Manuel Astorga, jefe del departamento de Fisiología y Preparación Física de Audax Italiano.

El líder, Universidad de Chile, mantuvo una preparación estricta. Martín Lasarte sólo dio dos días de descanso: el sábado 20 y el domingo 21. Un régimen espartano, como lo consideraron en el plantel. En el escolta, Colo Colo, recibieron uno más (16, 17 y 18). Retornaron a Macul el viernes, para enfocarse en el duelo de hoy frente a Universidad de Concepción, por Copa Chile.

Los penquistas, en cambio, optaron por la exigencia. La antesala del encuentro de esta tarde incluyó dos amistosos. Sólo el jueves interrumpieron el trabajo. "Es decisión del cuerpo técnico. Son pocos los jugadores de Concepción y para viajar el tiempo era poco", dice Gabriel Vargas.

El autocontrol es clave. "En Audax tuvieron tres días libres y no llevaron pauta de trabajo. Se les pidió tener cuidado con la ingesta calórica. Marcelo Rosemblat los pesa todos los días", explica Astorga. En Unión Española, Marcelo Canessa añade que "confiamos en la responsabilidad de los jugadores. No hay excesos. Y quien presente sobrepeso tiene que pagar entrenando después de la jornada, hasta eliminarlo. Así de simple".

El consumo de alcohol no está vedado. Sin embargo, se les sugiere moderación. "Hay signos que delatan los excesos. Pero, más que las prohibiciones, lo importante es concientizar y reforzar la convicción", sentencia Astorga.