Histórico

"Una gran farra"

Señor director:

Rolf Lüders sigue el debate que inició con su columna titulada como esta carta. Afirma que la acumulación indefinidamente creciente de excedentes, de cotizaciones después de pagar pensiones, no es una estafa Ponzi porque dicho excedente acumulado -que equivale a dos tercios del fondo de pensiones- y sus ganancias -el tercio restante-, se podría recuperar.

Tendría razón si lo devolvieran, como sucedió recién en Perú. Pero la estafa Ponzi perfecta se produce porque el sistema de AFP está diseñado para que no lo devuelvan jamás. Es precisamente lo que sucede cuando mes a mes se generan excedentes tras pagar las pensiones, obviedad en la cual concordamos con el profesor Lüders.

En los últimos 12 meses, a febrero las AFP recaudaron cotizaciones por 6,2 billones de pesos (poco menos de la mitad del IVA), y subsidios por un billón más, y pagaron 2,9 billones en pensiones, lo que dejó un excedente de 4 billones de pesos, de los cuales se embolsaron 2 en comisiones y primas netas (poco menos que el presupuesto de educación superior) y transfirieron los 2 restantes a mercados financieros. Eso pasa cada mes, cada año. Es una estafa Ponzi porque los beneficios se pagan con uno de cada cuatro pesos recaudados cada mes, y los otros tres no se devuelven.

Tiene razón en que podremos recuperar el dinero con la propuesta Bravo-C, en forma de pago de pensiones a quienes formalmente pertenecen, complementadas hasta duplicar su monto actual con cotizaciones corrientes, que permiten luego pagar a los que no hayan "ahorrado", sin subsidios, porque crecen más rápido que los pensionados.

Manuel Riesco

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