"Ayer comentábamos lo impresionante que es cómo ha evolucionado el Festival de Viña: partió siendo una Concha Acústica, donde se pintaban las escenografías que eran de cholguan, y hoy son puras LED, todo con proyección gráfica", dice el director general del Festival, Pablo Morales (ver entrevista en página 79), mientras muestra entusiasmado cómo se ve la Quinta Vergara en versión hiper tecnológica.
Se podría describir en números: listar los cien metros cuadrados de pantallas LED, las 18 cámaras en HD, las 700 máquinas robóticas, la tecnología de cámara lenta que también se usa en los Juegos Olímpicos. Pero, el tour, aunque sea de día en un Viña parcialmente soleado, es más impresionante: si se camina por el pasillo al centro de la platea de la Quinta Vergara, y se para al medio, se ve completamente rodeado de enormes pantallas, que se extienden mucho más allá de donde termina el escenario, llegando hasta donde comienza la galería (ver foto).
En su quinto año al mando del Festival de Viña, Chilevisión ha dejado atrás la escenografía que homenajeaba a la concha acústica, y potenciando la tecnología que han estado implementando en el montaje -con un show de luces nuevamente a cargo del experimentado español Luis Pastor-, han encerrado los asientos que recibirán al "monstruo", generando efectos visuales en 180 grados. "Tenemos pantallas como nunca antes", dice Morales. "Las metimos hasta la galería. Y por lo tanto toda la gente que está en platea va a ser parte del escenario, que también va a estar cubierto de pantallas, y van a tener proyecciones que no sólo van a repetir lo que está sucediendo adelante". Esta escenografía apoyará no sólo los shows más importantes, sino que también, buscará potenciar la competencia folclórica e internacional. Por ejemplo, si la canción en competencia es urbana, se verán paisajes industriales que envolverán a la audiencia; mientras que si, por ejemplo, están tocando los representantes de Bolivia, las pantallas serán las responsables de transportar a través de imágenes a su geografía.
Así, mañana el Festival de Viña comenzará su versión número 56, y con Rafael Araneda y Carolina de Moras en la conducción, espera alcanzar una audiencia de hasta 160 millones de personas, a través de la transmisión de Chilevisión en Chile, y HTV y TNT en el cable.