Jorge Garcés ve llegar a Luis Pérez y se le abalanza como a un ídolo. "Siempre me encantó como futbolista. Era de esos que ibas a ver jugar de verdad. Él, el Negro Ortega, Valdivia. Me habría encantado pagarles para que jugaran una tarde en el jardín con mi hijo", confiesa el técnico que condujo a Santiago Wanderers a su último título en Primera División, en la recordada temporada 2001.
Pérez, quien en 1991 le dio a Colo Colo el título de la Copa Libertadores, sonríe tímidamente y sólo atina a devolverle fuertemente el abrazo. Pese a que no se veían hace mucho tiempo, en pocos segundos se ponen el día y enganchan con el tema que atrapa a todos por estos días: la definición del Apertura, que incluirá justamente a los equipos que los vieron consagrarse campeón a cada uno.
"¡Hey, no me dejen afuera! Si acá son tres los aspirantes a la corona. Y falta la U en esa mesa", bromea a lo lejos Sergio Gioino, pieza clave en la obtención del Apertura 2004 de los azules, en una final dramática ante Cobreloa en Calama, sacando carcajadas de los contertulios de la mesa, que lo aguardaban con una copa de helado y un milk shake.
Colo Colo, Universidad de Chile y Santiago Wanderers, cara a cara, frente a frente, representados en esta charla de café por tres pilares importantes de vueltas olímpicas anteriores, y que aguardan que su equipo vuelva a coronarse campeón. Una tertulia futbolera, que rememora situaciones del pasado, pero que no puede evitar referirse al presente que viven los aspirantes a la corona del Apertura.
"No me quiero imaginar como deben estar los jugadores de cada uno de los equipos. Lo único que quieren es que llegue el día para salir a jugar. Ya no piensas en nada más a esta altura del año que entrar a la cancha", dispara Sergio Gioino, poniendo sobre la mesa el tema de la ansiedad y la forma de controlar los nervios previos a una final.
"Me acuerdo que antes del último partido del 2001, a los jugadores casi no les hablé del rival. Jugábamos con Audax Italiano y no les toqué en la semana prácticamente ninguna virtud o falencia. Quise dejarlos tranquilo. Les decía que se preocuparan de la presión interna y no de la externa", afirma Jorge Garcés, rememorando aquella campaña de los caturros, que tenían en su plantel a un joven Jorge Ormeño, hoy peleando nuevamente el título con los caturros.
Luis Pérez los observa en silencio. Asiente muchas veces cuando oye las apreciaciones de los contertulios. Cuando le llega su turno, da su diagnóstico.
"En esta clase de definiciones, pesa la camiseta. Y en ese sentido, Colo Colo tiene una ventaja. Los rivales suelen sentirse en desventaja y, al contrario, el que juega en el club, se agranda. Se crea una especie de aura. No sólo con los que vienen desde juveniles. El extranjero también lo siente", apunta el autor de dos de los tres goles de la final de la Copa Libertadores de 1991.
"Mucho se habla de cuanto le puede afectar a la U lo vivido por Lasarte en el pasado. Y soy un convencido de que en nada. No se pueden comparar las situaciones. Claro, si no gana, la prensa lo va a matar. Pero me parece que en los jugadores no influye. Lo que le haya pasado en la UC no es tema en la U", afirma Gioino, un convencido de que si los azules vencen este sábado a La Calera tiene claras chances de salir campeón.
"Si me preguntabas hace dos fechas quién daba la vuelta olímpica, te decía la U. Si le ganaba a Barnechea, no estábamos sentados en esta mesa. Pero así es el fútbol. Ahora hay un final abierto. Me gustaría que fuera Wanderers el que festeje, por un tema del corazón", apunta Garcés, ante lo cual Pérez responde: "Habrá que ver cómo llegan los lesionados que tiene Héctor (Tapia) al partido en Valparaíso. Lo de Paredes parece lo más riesgoso porque quizás esté el sábado, pero eso podría provocar que no llegue a una eventual definición. Hay muchas cosas en juego".
La charla avanza, mientras las tazas de café se consumen velozmente. Los recuerdos de títulos anteriores inundan la mesa, ante la mirada de curiosos que intentan escucharlos. Sobre este torneo, nadie se atreve a dar un gran candidato en este final. "Fue muy irregular todo. Incluyo a los punteros", esgrime Garcés. "No puede haber 30 puntos de diferencia entre el líder y el último", agrega Gioino. "Hay que ver cuánto pesa la localía el fin de semana. Para bien o para mal", sostiene Pérez.
Antes de despedirse, las fotos de rigor con las camisetas de sus amores. Las últimas frases brotan solas. "A Wanderers lo han ayudado un poco los árbitros en estas fechas", cree Garcés, mientras que Pérez asegura que el plantel de Colo Colo tiene todavía hambre de títulos: "Hubo muchos jugadores de este plantel que vivieron la etapa mala de los últimos años y ahora no quieren dejar de ganar campeonatos en la medida de lo posible". Gioino pide la palabra para cerrar la charla. "La U sorteó la prueba de Chillán, donde muchos creían que se caía. Eso levantó a los jugadores. Creo que llegan firmes a esta semana clave", concluye.