Buscar fósiles en la Antártica no es tan distinto a hacerlo en otros lugares del mundo, dice Matthew Lamanna, experto del Museo de Historia Natural de Carnegie (EE.UU.). "Al igual que en la Patagonia, caminamos mirando hacia abajo, en busca de fósiles sobre o bajo tierra. La principal diferencia entre la paleontología antártica y la de la mayoría de otros lugares es que uno tiene que lidiar con la nieve más a menudo, incluso durante el verano antártico", cuenta.
Así le ocurrió este año cuando, junto a un equipo de 12 científicos australianos, sudafricanos y estadounidenses, pasaron febrero y marzo en la isla Vega, en la península antártica. "Incluso entonces nevó mucho", dice.
Aún con las dificultades que les puso la nieve lograron rescatar una tonelada de fósiles, peso en el que también está incluida la roca de la que deberán extraerlos cuando lleguen a California y luego a Pittsburgh, al Museo de Historia Natural de Carnegie, en Pensilvania, donde serán estudiados.
"Encontramos cosas como plesiosaurios y mosasaurios, un tipo de lagarto marino hecho famoso por la película Jurassic World", dijo Steve Salisbury, investigador de la U. de Queensland, en un comunicado.
Son más de mil kilos de huesos y roca, la mayoría de entre 71 y 67 millones de años de antigüedad. Entonces, la isla eran rocas marinas por lo que habría restos de varios reptiles marinos, como los mencionados.
El equipo acampó durante casi cinco semanas en la isla Vega, uno de los pocos sitios donde las rocas están expuestas en el verano. Realizaban caminatas de unos cinco kilómetros por trayecto y sobre terreno montañoso para llegar a su sitio de excavación principal, llamado Sandwich Bluff.
Tomará al menos dos años obtener los primeros resultados de la investigación.
"Los fósiles recolectados serán trasladados en barco desde Punta Arenas a California. De ahí serán enviados a mi museo en Pittsburgh, donde con mis colaboradores los prepararemos y estudiaremos científicamente por muchos años", indica Lamanna.
¿Por qué hacer paleontología en la Antártica? Se sabe muy poco de los vertebrados que vivían en ese continente al final de la era de los dinosaurios y cuando se encuentra algo es muy probable que sea una especie desconocida o de la que no se sabe mucho, dice el paleontólogo. "Además, hay un montón de hipótesis sobre el papel que la Antártica puede haber jugado en la evolución y distribución de los grupos de vertebrados que son importantes en los ecosistemas de hoy, como los mamíferos marsupiales y pájaros modernos. Por desgracia, estas hipótesis no se han probado adecuadamente por la rareza de los fósiles en el continente", agrega.
El continente ya ha arrojado datos sobre lo que fue en el pasado. Estudios liderados por el paleobotánico Marcelo Leppe, del Instituto Antártico Chileno (Inach) han revelado que existió una conexión entre la Antártica y Sudamérica hace unos 68 millones de años, a partir de las hojas de los árboles (Nothofagus) que se han encontrado. Fecha que cambia lo que hasta ahora la ciencia había establecido para ese nexo (85 a 90 millones de años).