Lejos parece quedar la consigna que acompañó a Pedro Pablo Kuczynski durante la campaña presidencial en Perú en 2016, en relación a su limpia hoja de vida con la que se presentó, en contraste con su rival Keiko Fujimori. Y es que después de meses en los que PPK negó una y otra vez cualquier vínculo con la empresa brasileña Odebrecht, finalmente reconoció una parte. Ahora, ese caso lo tiene sumamente complicado, al punto que la oposición fujimorista exigió ayer su renuncia.
En diciembre de 2016, se divulgó que Odebrecht reconoció el pago de sobornos en Perú por US$ $29 millones entre 2005 y 2014. Este periodo abarca a los gobiernos de Alejandro Toledo (2001-2006), Alan García (2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016). La investigación ya permitió la detención de Humala y la de su esposa, Nadine Heredia, acusados de lavado de activos. El ex Presidente Toledo también tiene orden de arresto, pero está prófugo de la justicia en EE.UU. La fiscalía también tiene en la mira a Keiko Fujimori, ya que sospecha que la constructora brasileña financió sus campañas en 2011 y 2016. Todo un escándalo político que hoy golpea directamente a Kuczynski.
Todo empezó cuando en una entrevista radial, el sábado pasado, el Presidente peruano confirmó lo que se le venía preguntando hace meses: "A veces, me han contratado para H2Olmos", afirmó PPK, empresa que dependía de Odebrecht. "(Marcelo Odebrecht) no me contrató. Lo que sí hemos hecho, a través de otros como First Capital en algunos casos, (es) consultorías para algunos, muy pocos, grandes proyectos", señaló. De esta forma, el mandatario confirmó un vínculo que sería más bien indirecto, puesto que fue un proceso llevado a cabo a través de un tercero, que sería la empresa First Capital. Además que en aquella época PPK no ostentaba ningún cargo público. Sin embargo, el miércoles, la Comisión Lava Jato del Congreso peruano reveló que Odebrecht pagó US$ 782.207 a Westfield Capital, empresa de asesoría financiera de Kuczynski. Estas consultorías a Odebrecht habrían tenido lugar entre noviembre de 2004 y diciembre de 2007, lo que podría constituir delito, puesto que en esa época PPK era ministro de Toledo. Los pagos que Odebrecht hizo a las firmas First Capital y Westfield Capital en la última década suman casi US$ 5 millones.
En marzo, PPK afirmó que no había "recibido nada" de Odebrecht. Luego, en octubre, mediante un documento enviado a la Comisión Lava Jato, negó nuevamente una "relación con la constructora". El 14 de noviembre, volvió a hacerlo a través de Twitter: "Yo nunca he recibido aporte alguno de Odebrecht para mis campañas de 2011 y 2016. Tampoco he tenido vínculo profesional con Odebrecht". Y, finalmente, el 30 de noviembre, cuando la revista Caretas publicó información que lo vinculaba como socio de First Capital, la cual sí habría desarrollado una asesoría para Odebrecht, la Presidencia emitió un comunicado en el que se señalaba que dicha información no era cierta.
Un escenario impensado
El caso PPK ha generado todo un terremoto político en Perú. Una de las opciones que ha surgido en el debate público, además de la renuncia voluntaria, es la de una "vacancia por incapacidad moral permanente". "En la Constitución peruana existe la figura de la vacancia presidencial por incapacidad moral permanente, pero que no está lo suficientemente definida, no hay un criterio único de lo que significa una incapacidad moral permanente. Podría haber un escándalo político amplio y grande que haría que la oposición señale que sí lo hay y vacarlo del cargo", señala a La Tercera el analista peruano Pedro Tenorio.
El columnista de El Comercio señaló que si bien este tema ha generado discusión pública, "nadie ha planteado de manera concreta en el Congreso un juicio político, un proceso para determinar si hay una incapacidad moral permanente o no de PPK".
El politólogo Luis Benavides sostiene que "hace seis meses no veíamos esa posibilidad y ahora sí se considera. Efectivamente, si el Presidente recibió el dinero de Odebrecht mientras tuvo cargos públicos en el gobierno de Toledo, su situación es más que delicada".
En medio de toda esta tormenta, la oposición fujimorista exigió ayer la renuncia del Presidente: "Es evidente que su permanencia en el máximo cargo de la nación es insostenible", dijo el portavoz de la bancada fujimorista, Daniel Salaverry.
PPK salió ayer a defenderse y sostuvo que "en el Perú tenemos muchos obstáculos, una situación política muy fracturada, muchos chismes, muchos rumores, muchas luchas fratricidas". Además, confirmó que recibirá a la Comisión Lava Jato el próximo viernes, ocasión en la que se espera que confirme o desmienta las denuncias.