Casi 400 niños han muerto y 2.500 han resultado heridos por los bombardeos del Ejército israelí en la ofensiva en Gaza, según la Unicef, que calcula además que unos 370.000 menores necesitan urgentemente ayuda psicológica.

"La ofensiva ha tenido un impacto catastrófico y trágico en los niños. Han muerto 392 niños, 2.502 han resultado heridos. Si tenemos en cuenta lo que estas cifras representan para la población de Gaza, es como si hubieran muerto 200.000 niños en Estados Unidos", afirmó Pernille Ironside, jefa de la Oficina de Unicef en Gaza.

Ironside recordó además que no hay electricidad y que no funcionan los sistemas de agua potable ni de saneamiento, por lo que el peligro de aparición de enfermedades transmisibles y de diarrea -que puede ser mortal para los menores de cinco años- es inminente.

"Hay que tener en cuenta el tamaño de la franja de Gaza, son 45 kilómetros de largo por entre 6 y 14 de ancho...no hay una sola familia que no haya sido directamente afectada por alguna pérdida", dijo.

"La destrucción es total. Han usado armamento horrible que provoca terribles amputaciones. Y esto ha pasado frente a los ojos de los niños, que han visto morir a sus amigos, a sus padres", señaló la funcionaria internacional.

Es por ello, que Unicef calcula que unos 370.000 niños necesitarán ayuda psicológica para poder intentar sobreponerse de alguna manera al trauma vivido.

"Tengamos en cuenta que un niño o una niña que tiene siete años ha pasado ya por tres ofensivas, la de 2008-2009, la de 2012 y la de ahora. Imagínense el impacto que ello puede tener tanto en los más pequeños como en los que ya entienden lo que eso significa", afirmó.

"Hay gente que no ha tenido acceso al agua por varias semanas, ya se han detectado problemas de piel y tememos que aparezcan casos de diarrea, lo que sólo llevaría a más muertes de niños".

Ironside se refirió al hecho de que 142 escuelas en Gaza, incluyendo 89 de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), han sido dañadas por los bombardeos israelíes, y no olvidó los ataques directos a tres colegios de la ONU.

"Recordemos que antes de este ataque el 80 por ciento de los niños de Gaza asistían sólo 4 horas a la escuela porque los centros tienen que hacer dos turnos, dado que no hay más colegios disponibles".

"Y no podemos construir más, porque no hay tierra disponible pero sobre todo porque no tenemos material de construcción por la restricción a la que la franja es sometida por las autoridades israelíes", explicó la funcionaria de Unicef, quien lamentó que esa política haga que los trabajadores humanitarios pierdan horas en negociaciones burocráticas en vez de hacer su trabajo de asistencia.

"Debemos establecer un nuevo sistema para poder reconstruir todo lo destruido. Por eso un alto el fuego no es necesario, hay que acabar con el bloqueo al que Israel somete a Gaza", urgió.

Recordó que se necesitarán "cientos y cientos de millones de dólares" para reconstruir lo que ha sido destruido dos veces, "aunque esta vez ha sido peor que las otras dos juntas".

"¿Quién pagará la factura? ¿De nuevo la comunidad internacional, o será la fuerza ocupante que ha perpetrado la destrucción?", se cuestionó.

Cuestionada sobre qué le puede pasar a un menor de Gaza a partir de ahora, dijo que el futuro de cualquier niño en la franja "es desalentador".

"Nadie debería sorprenderse de que algunos niños palestinos quieran tomar una vía más extrema. Es nuestra responsabilidad evitar que esto pase", concluyó.