¿Cómo se explica la caída rotunda de Colo Colo ante la Calera por 4-1? Con dos sentencias muy elementales: los albos jugaron un partido para el olvido y La Calera, en cambio, cumplió una de sus mejores presentaciones del Torneo de Clausura. Nada que argumentar el puntero, que perdió una perfecta oportunidad de alejarse a cuatro puntos de la UC y hoy le dejó la mesa servida a Cobresal.
Héctor Tapia movió las piezas para encontrar una solución al tremendo lío que le generó La Calera. Mandó a la cancha a Baeza y Vecchio, el argentino que a la fuerza se ha tenido que acostumbrar a la banca, porque Suazo (con más nombre que merecimientos) le quitó su lugar.

Los albos tenían 45 minutos para dejar atrás un primer tiempo terrible. En defensa, con serias licencias de la zaga, y en ataque, con la seguidilla de goles que se 'comieron' Suazo, Fierro, Paredes y Pavez). Como resultado del descalabro, los cementeros firmaron un 2-0 tan rotundo como sorpresivo.

La apertura de la cuenta llegó a los 6', luego que entre Beausejour y Valdés perdieron la pelota en la salida. La pelota le quedó al transandino Tevez, quien avanzó varios metros con la marcación visual de Barroso.

El segundo se produjo en condiciones similares. Esta vez fue Fierro quien cedió el balón al rival, Rosales quien se adueñó de ella tras un rebote y Pineda el que definió, a pase de su compañero que otra vez llegó hasta las barbas del área sin que nadie lo apretara.

El entrenador de Colo Colo, y con justa razón, decidió entonces buscar otros caminos en el complemento. Había que reescribir la historia del partido. La esperanza, sin embargo, rápidamente se transformó preocupación. Frustración, quizás. Fierro, el capitán, el que debe ser más cerebral (en teoría, porque en la práctica ayer no lo fue) se dejó llevar por la provocación  de Shaffer y se ganó la roja tontamente.

Más problemas para los albos, quienes se encontraron con el descuento en la jugada siguiente de la expulsión de Fierro. Obra de Paredes, tras empalmar el balón en el corazón del área. Después la pelota pegó en el palo, tras una atajada de Giovini a Suazo. Colo Colo crecía en su deseo de llegar al empate, pero fue simplemente un espejismo, que La Calera pronto se encargaría de destruir.

La visita entendió el libreto del juego. Aguantar bien y aprovechar los espacios  dejados por el rival, justificados por la obligación de ir al frente de los albos, pese a tener un hombre menos. Así, los cementeros empezaron a rondar la portería de Justo Villar, hasta que otro pase de Rosales, ahora para Tevez, terminó con el tercer tanto del conjunto dirigido por Ariel Pereyra.

La diana del argentino cerró el compromiso. El autogol de Barroso a los 86' sólo fue la rúbrica de una jornada para el olvido del líder, que hoy puede perder esta condición, si es que Cobresal gana su partido en El Salvador, ante Universidad de Concepción (15.00). Colo Colo deberá estar atento a lo que suceda en el norte, mucho más atento de lo que estuvo ante La Calera.