Carlos Salom mira fíjamente a Pinto. No muestra donde va su disparo. Saca el derechazo con el borde interno. La pelota supera a Miguel Pinto y termina en la red. Comienza el festejo. Unión Española será Chile 4 en la Copa Libertadores. Un premio de consuelo para un equipo que, de la mano de Martín Palermo, alcanzó a estar en la punta en el Apertura y fue candidato al título. Aunque falló cuando no debió hacerlo.

El héroe, eso sí, fue el arquero Diego Sánchez, quien contuvo dos disparos (a Opazo y a Insaurralde). En la manos del Mono estaba la clasificación y respondió.

En el partido, Unión fue mejor. Diego Churín llenó de ilusión a los hispanos. Un derechazo suyo, en los 40', doblegó a Miguel Pinto. Lo había asistido su socio de siempre, Carlos Salom. El enmascarado delantero pergaminense remeció las redes del Nacional en la única incidencia que rompió el letargo de una primera etapa abúlica, con escasas llegadas al arco y, sobre todo con escasa precisión en los pases.

Hay, eso sí, en el último ítem, una excusa válida tanto para los pupilos del Titán como para los de Cristián Arán: el deplorable estado de la cancha del Nacional. Si la final de la Copa Chile, entre Colo Colo y Everton se había jugado en un campo en pésimas condiciones, ayer quedó claro que no se realizaron muchos esfuerzos por mejorarlo. Desde la orilla, tanto el ex delantero de Boca Juniors como el casildense se veían obligados a pedirles a sus dirigidos que practicaran un fútbol simplón para contrarrestar las deficiencias del piso y las dificultades para el control de la pelota. Muy lejos de las propuestas que acostumbran a realizar y que privilegian el juego construido y dinámico. Eso se tradujo en escasas llegadas. Apenas un cabezazo de Calandria inquietó a Sánchez. En el pórtico contrario, Pinto virtualmente no tuvo trabajo aunque, claro, el balance lo desniveló el golazo de Churín, en el que no tuvo chance de intervenir.

De hecho, hasta ese momento, la única situación que generó inquietud fue la lesión del defensor rancagüino Brian Torrealba. Finalmente, se le diagnosticó un esguince medial en la rodilla izquierda que, aunque es una lesión menos grave que la que se temió, igualmente, pone en riesgo su participación en el Sudamericano Sub 20 de Ecuador.

En la segunda etapa, quizás como lección aprendida de experiencias traumáticas en la última temporada, los de Santa Laura se abocaron a mantener el partido bajo control. Eso sí, apostaron por la posesión y no por el repliegue excesivo. Con ejercer una presión media, les bastó para alejar el peligro del arco de Sánchez. Esa disposición los mantuvo cerca del arco de Pinto.

En la última parte del duelo, Arán se jugó sus últimas  cartas con los ingresos de Francisco Arancibia y de Pedro Muñoz.  Y acertó, pues el oriundo de San Vicente, en los 70, marcó el empate. En el final, el partido tuvo el ritmo que reclamaba el objetivo que estaba en juego. O'Higgins pudo cerrarlo antes, a través de Calandria, pero la cancha del Nacional impidió que el goleador concretara.