Hasta Arica tuvo que ir la Universidad de Chile para sumar, en diez fechas, su tercer triunfo. Con un 1-0 sobre San Marcos, los estudiantiles se impusieron a un equipo que estaba encaramado en la tabla, que venía luciendo buen juego y rendimiento, encontrando así un bálsamo en el irregular primer semestre que llevan. En un entretenido partido, marcado por los estrenos, los azules pudieron ganar a partir de ir trabajando el encuentro, ajustando a partir de las circunstancias que se fueron presentando.

Tal como se esperaba, el local salió con igual ímpetu que cuando Universidad Católica fue hasta el Carlos Dittborn. Y, en los primeros cinco minutos, el debutante Miguel Jiménez, quien arrancó con algo de nervios en su primera intervención, pronto se afirmó y de a poco fue convirtiéndose en figura, ante un muy activo Kevin Harbottle, quien lo exigió entrando por izquierda, primero, y con un remate desde 40 metros favorecido por el viento y el portero algo adelantado. Pero el Cabezón respondió. Tal como lo haría a los 19', cuando el mismo delantero se filtró por derecha y volvió a tapar. A tal punto agarró confianza que, a los 41, los mismos protagonistas se volvieron a encontrar. Esta vez fue el arquero quien, con el balón en losm pies, gambeteó al ariete nortino.

Pero no sólo hubo arremetidas nortinas. Tan pronto la U detectó lo jugado que estaba el local, empezó a salir con pelotazos largos por el medio, primero, y vía Mathías Corujo, después. Con ello, Leandro Benegas comenzó a hacerse de oportunidades, y a ayudar a que el portero ariqueño, Pedro Carrizo, también se convirtiera en protagonista.

El delantero azul hasta puso un cabezazo en el palo en las cuatro opciones claras que tuvo en la primera mitad, las que fueron, a la sazón, las más claras de los laicos en ese periodo.

Ante las intentonas visitante, el técnico Fernando Vergara rearmó su naipe, y fue un poco más conservador, estableciendo su doble línea de cuatro con un formato un poco más reforzado en el aspecto defensivo que en el primer cuarto de hora.

Al entretiempo, el empate era justo, pero ambos merecían, a lo menos, haber tenido un tanto en su cuenta.

De retorno del descanso, la novedad fue que Carrizo se quedó en los vestuarios, con alguna lesión. Ingresó Eduardo Lobos, quien sigue evidenciando un físico bastante más grueso que el de su mejor época. De cualquier modo, no se puede decir que el fornido portero haya tenido responsabilidad alguna cuando, apenas dos minutos después de estrenarse en la puerta ariqueña, voló sobre su derecha, sin poder evitar que Maxi Rodríguez anotara un tiro libre perfecto, por sobre la barrera y que iba al ángulo. Fue el gol azul.

Luego de eso, la U se fortaleció atrás, y sus ataques fueron más esporádicos. San Marcos, en cambio, tuvo la igualdad apenas un minuto después de la apertura del marcador. Y, a los 53', Renato González también lo tuvo con un zurdazo cruzado.

Lobos, por su parte, le sacó un cabezazo a Sebastián Ubilla, justo antes del remate que casi da el empate al local, y a 15' del final le achicó bien una contra al Conejo, evitando que los laicos tomaran una ventaja algo más tranquilizadora. Y, a los 80', le tapó un remate doble a Gonzalo Espinoza.

Pero Jiménez tenía ganas de hacerse notar en su primera incursión titular en la oncena de Martín Lasarte. No permitió que los nortinos convirtieran, y ayudó a que su equipo sume su tercer triunfo en el Clausura, que terminó mereciendo en la suma de las acciones.

No fue un partido brillante de la U, con un Gustavo Lorenzetti muy intermitente, una defensa inédita a causa de las lesiones, pero que reencontró a Rodríguez, Corujo y a Ubilla, con un rendimiento en alza, que ayudaron a traer un aliviador botín desde Arica