Poco más de 200 alumnos de Iquique se ubicaron entre los 27.500 mejores puntajes de la PSU, por cuya matrícula el Estado entrega recursos a los planteles (Aporte Fiscal Indirecto). Sólo el 7% se quedó en la zona.

El fenómeno se repite en Punta Arenas y Arica. Allí, las tres universidades estatales matricularon a 23 mil alumnos, el 4% de la matrícula a nivel nacional, según antecedentes del Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional de la Universidad de Chile (Demre).

Esta situación preocupa a varias de estas universidades. Entre 2008 y 2012, la matrícula de primer año de la U. Arturo Prat (Unap), cuya casa central está en Iquique, bajó en 16%. La matrícula total cayó 39% en el mismo periodo, de acuerdo a las bases de datos del Consejo Nacional de Educación.

En la U. de Magallanes la situación se repite, de acuerdo a lo registrado en el organismo. La matrícula de primer año cayó 31% en cuatro años. La excepción es la U. de Tarapacá (ver recuadro). "La baja matrícula influye en los estados financieros", dice el experto Francisco Durán, jefe de Estudios del Foro en Educación Superior Aequalis.

La U. Arturo Prat tiene un financiamiento estatal de $ 918 mil por alumno. La U. de Tarapacá y la U. de Magallanes, un poco más: entre $ 2,2 y $ 2,4 millones per cápita, según la Contraloría. Los montos corresponden a dineros por becas y créditos y recursos directos del Estado. "Es difícil que las universidades extremas despeguen, si las tratan como a las del resto del país. Necesitan convenios de desempeño sobre metas y no concursables", explica el rector emérito de la UC, Pedro Rosso.

Con menos alumnos y recursos estatales, se agudiza el escenario, según Durán. "El sistema obliga a las universidades a comportarse como privadas y a abrir sedes para captar más matrícula".

Esta sería una de las razones que llevó a la U. Arturo Prat a abrir 20 sedes. La situación se hizo insostenible y desde 2001 comenzó el cierre. En 2008, por ejemplo, cerró las de Osorno y Valdivia; entre 2011 y 2013, siete más. De acuerdos a los datos que obtuvo La Tercera por Ley de Transparencia, el cierre fue uno de los compromisos en el proceso de acreditación del 2010, cuando certificaron al plantel por dos años. "La situación financiera es deficiente, presenta un debilitamiento en su liquidez y tiene elevados índices de morosidad e incobrabilidad", dice el acta de acuerdo de diciembre de 2012, que llevó a la institución a acreditarse por otros dos años. De acuerdo a un informe de evaluación a diciembre de 2012 de la clasificadora de riesgo Feller Rate, al que accedió La Tercera, "la cartera de deudores es de $ 40 mil millones aproximados". Según el plantel, se trata de la suma de deuda de 2011 y 2012. "Se tuvo que terminar el proceso formativo de los estudiantes que iban a esas sedes, sin tener matrícula, lo que afectó el endeudamiento", explica el rector de la Universidad Arturo Prat, Gustavo Soto.

Según la ley, las Ues. estatales tienen una capacidad de endeudamiento máxima de 0,75 veces su patrimonio. Según Feller Rate, en 2011 la Unap tenía un grado de deuda sobre el patrimonio de 1,0. "Si la universidad fuese una empresa privada, estaría en riesgo de quiebra", agrega Francisco Durán.

Una visión distinta tienen en la Unap: "No hay riesgo de quiebra, la universidad se viene recuperando desde 2011 y presenta un ingreso operacional de $ 1.243 millones y pago de deudas de $ 3.063 millones. Durante 2012, logró obtener más de $ 1.300 millones en utilidades", dice el rector. ¿Qué medidas se tomaron? Además del cierre de sedes, se "redujeron costos y se potenciaron las áreas disciplinarias con ventajas competitivas", dice Soto.

PUNTA ARENAS

El vicerrector de Administración y Finanzas de la Universidad de Magallanes, José Mariani, explica que del total de los ingresos de la casa de estudios, el 42% viene de los aranceles.

Según el acta de acuerdo de acreditación, la institución presenta una falta de liquidez en el corto plazo. El informe señala que pese a que "el endeudamiento se ha mantenido en 0,3 veces el patrimonio, el endeudamiento bancario aumentó 36,6% entre 2008 y 2010". Según Mariani, la deuda tiene que ver con la inversión en infraestructura. "La deuda es a corto plazo y representa el 16,8% sobre el patrimonio, no estamos en riesgo", explica. Para ambas universidades, su situación obedece al trato poco preferente que reciben del Estado. "Nos asignan recursos con un mecanismo que piensa al país homogéneo y que concentra todo en Santiago", dice el vicerrector de la U. de Magallanes.

El jefe de la División de Educación Superior del Mineduc, Alberto Vásquez, indicó que el ministerio ha apoyado a las universidades regionales. "Creamos un fondo para la educación superior regional, que entrega recursos sobre la base de convenios de desempeño", dice. Agrega que el aporte de ayudas estudiantiles para ambas instituciones ha aumentado en 16% durante los últimos tres años. También creció el aporte directo.