J. Herrera: lo mejor de su equipo. En el gol de Paredes no tuvo posibilidad de intervenir. Tapó tiros de distancia, ganó en los mano a mano y fue seguro en el juego aéreo.
M. Corujo: aportó bastante en ataque e incluso le cometieron un penal no sancionado. Ni Flores ni Beausejour pasaron por su costado, por lo que también aprobó en defensa. Pero cometió la mano del penal.
B. Vidal: como Rojas, fue superado por los pelotazos, por lo que su pecado fue táctico. Aparte de eso, demostró que es opción cuando tuvo intervenciones directas.
J. Rojas: un espejo con Vidal, porque siempre dejó que Suazo o Paredes se le colaran a la espada. De todos modos, el reencuentro con su puesto lo aprobó con lo justo.
P. Magalhaes: con perfil cambiado, sufrió bastante en la marca. Igualmente realizó algunas incursiones ofensivas, pero siempre careció de certeza.
G. Espinoza: muy dedicado a la fricción y a discutir con el árbitro. Cometió un penal (mano) que no vio el árbitro. No es ni la sombra de aquel jugador que brilló en 2014.
R. Pereira: el mejor junto a Herrera. Concentrado, fue el que salvó los muebles cuando el mediocampo albo ganaba la mayoría de los segundos balones. En alza, sin duda.
G. Lorenzetti: luchador, siempre se mostró para organizar las salidas en una U planteada al contraataque. A veces lo logró; en otras, no. Destacable por esfuerzo.
M. Rodríguez: el más bajo. Apenas armó un ataque y se acabó su registro. Se supone que es talentoso, pero necesita convertir esa potencialidad en frutos concretos.
S. Ubilla: rápido y entusiasta, fue el que llevó más peligro. Anotó el gol, con mucha fortuna, pero su balance es más que positivo.
G. Canales: está en un nivel muy lejano de sus mejores años. Trata de aguantar el balón, correr, tirar parades y disparar al arco, pero nada le resulta.
S. Martínez: cuesta explicar por qué no es titular. Aportó equilibrio, cubrió los vacíos ante el agotamiento de sus compañeros y hasta hizo parte del trabajo ofensivo que Rodríguez no realizó.
L. Benegas: tuvo poco tiempo para mostrarse y terminó chocando con la ordenada defensa blanca.
C. Cortés: ingresó cuando la U buscaba energías nuevas en ofensiva. Influyó poco, porque estuvo apenas 10 minutos en cancha.