Un total de 11 condenas durante los últimos cuatro años, todas por robo por sorpresa y receptación, registra el menor J. M. A. (17), residente de la villa Paraguay, en la comuna de San Ramón, donde lo conocen como "Choche".

Este adolescente es uno de los casos contabilizados en un estudio de seguimiento delictual realizado por el Servicio Nacional de Menores (Sename), que mide el porcentaje de reincidencia de los 11.054 jóvenes que egresaron de sus centros, en 2009 y 2010, luego de cumplir condenas por infringir la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente (RPA).

El informe analiza el comportamiento judicial de estos menores, 12 y 24 meses después del cumplimiento de su sentencia.

De acuerdo al documento, de los 5.062 infractores que egresaron en 2009, un 40,8% (2.067 casos) había reincidido al año siguiente (es decir, había sido condenado nuevamente). Transcurridos 24 meses, este porcentaje subió a 54,9% (2.779).

Al analizar a los infractores egresados en 2010, se observa un porcentaje inferior de reiteración de delitos: de los 5.992 egresados ese año, el 36,8% (2.204) fue condenado dentro de 12 meses y el 50,9% lo hizo antes de 24 meses.

En otras palabras, en un plazo de dos años uno de cada dos menores que egresó del Sename, tras cumplir alguna sanción dictada por la justicia, volvió a ser declarado culpable, debido a una nueva infracción a la ley.

NUEVA BASE DE DATOS

La escala de severidad del estudio -como se denomina a la peligrosidad de los delitos analizados- da cuenta de que la mayoría de los ilícitos reiterados son leves o poco graves. De acuerdo al estudio, un 51% de los infractores egresados en 2009 que volvió a delinquir a los 12 meses, perpetró delitos catalogados como no graves, al igual que la vez anterior. Además, un 38% de los reincidentes cometió ilícitos menos severos; un 3,7% mantuvo la gravedad de la falta y en un 7,3% de los casos se incrementó la severidad de la infracción.

Respecto de los egresados en 2010 que reincidieron dentro de los siguientes 12 meses, en un 49,3% de los casos el segundo delito se mantuvo como no grave; en un 39,9% disminuyó la severidad del ilícito; en un 6,3% aumentó la severidad y en un 4,5% se mantuvo la gravedad.

Los tres delitos violentos que más se repitieron fueron los robos con intimidación, con violencia y en lugar habitado, mientras que, dentro de los considerados menos graves, destacaron el hurto simple, el robo por sorpresa y el robo en lugar no habitado.

Al analizar la reincidencia por tipo de programas en el que estuvieron los menores, se observó que los mayores porcentajes de reiteración (tras 12 meses de egresados) se dieron entre los jóvenes con condenas más restrictivas. Es decir, entre los egresados en 2010, que cumplieron su castigo en centros semicerrados (46,7%) y cerrados (47,5%).

EVALUACION DEL SERVICIO

Rolando Melo, director del servicio, sostiene que "el estudio es inédito en Sudamérica y sus resultados no sólo permiten tener una radiografía certera con la cual seguir trabajando, sino que también son similares a los de países con mayor desarrollo en prevención juvenil, como Holanda, Reino Unido y Estados Unidos".

Respecto de los resultados destaca que "si bien la reincidencia no es positiva, en ningún caso estamos enfrentando una escalada delictiva. El porcentaje va bajando y, del total de jóvenes que volvió a cometer un delito, apenas un 6% y 7% lo hizo de una manera más grave o violenta".

"Esto -añade- avala el aumento de inversión que hemos logrado en programas de capacitación laboral destinados a la reinserción social, desde $ 90 millones en 2009, a $ 370 millones durante el presente 2013".

Según destaca Melo, la particularidad de este estudio es que se realizó con un software creado por el Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana, de la Universidad de Chile, y cruzó los datos, tanto de Sename como del Poder Judicial: "Esto asegura que, desde ahora, en pocos minutos se puede hacer un seguimiento a la totalidad de los casos", subraya. Añade que el trabajo anterior sobre reincidencia juvenil es de 2008. Allí, la reincidencia -a 24 meses- alcanzó el 53,7%, con un universo de 1.667 casos.

LOS EXPERTOS

Catalina Mertz, directora ejecutiva de la Fundación Paz Ciudadana, destaca la realización del informe: "los estudios de cohorte, como éste, que abordan la totalidad de los casos dentro de un período, son los más efectivos para trazar políticas eficientes".

Menciona que en 2007 la fundación en la que se desempeña realizó un informe sobre la población penal adulta de Chile, que arrojó una reincidencia de 50,5%, durante los 36 meses posteriores al egreso del penal.

"Habría que ver cuán comparables son ambas metodologías, pero, en general, la tendencia es que los infractores juveniles tienden a reincidir más que los adultos, producto del desistimiento del delito que, normalmente, genera la edad, el tener hijos y/o pareja y otras variables similares. Por lo mismo, hay que analizar cómo está influyendo el consumo de drogas en la reiteración de los delitos juveniles", advierte.

Para Lucía Dammert, socióloga y experta en temas de seguridad, el 50% de reincidencia "no es un mal indicador, sino acorde a los estándares internacionales. Además, pese a las falencias de esta entidad, revela un positivo nivel de transparencia para abordar el problema de la delincuencia juvenil".