Según el informe "Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina 2016" de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 63% de la población adulta en Chile tiene sobrepeso u obesidad, liderando el exceso de peso en Latinoamérica.

Este problema está instalado en la sociedad y afecta a todos por igual, incluyendo a las Fuerzas Armadas.

De acuerdo a datos proporcionados por el Ejército de Chile, el 21,6% del personal de planta de la institución tiene sobrepeso y el 9,5% es obeso. Es decir, sumados ambos, el 31,1% de los aproximadamente 28 mil funcionarios tienen exceso de peso.

Hace cuatro años, la situación era peor. Según el general René Palavecino, comandante de Salud del Ejército, antes de 2014 el porcentaje de sobrepeso y obesidad era más alto: 29,5% y 14,3%, respectivamente (43,8% sumados). Fue entonces que se tomaron "medidas remediales" a través del Programa Cardiovascular de Medicina Preventiva que consiste en la implementación del "Plan Vida Sana" en las diferentes unidades del país.

"Este plan dura 24 meses e incluye una intervención en los hábitos de alimentación, actividad física y en las prácticas de autocuidado, y cuenta con la participación de un equipo multidisciplinario de especialistas con médico, enfermera, nutricionista, profesor de educación física y psicóloga", explica el general Palavecino.

Ingresan a este plan quienes tienen sobrepeso tipo dos, es decir, con un Índice de Masa Corporal (IMC) entre 27 y 29,9 y aquellos con obesidad (IMC sobre 30), tengan o no alteraciones de la presión arterial, del perfil lipídico y glicemia en ayunas.

Se registran sus medidas antropométricas (peso, talla, perímetro de cintura y medición de cuatro pliegues cutáneos) para así obtener el porcentaje de masa grasa corporal.

Palavecino señala que la composición corporal se complementa con un examen de bioimpedanciometría (para lo cual usan un equipo especial), "ya que individuos con índice de masa corporal alta pueden tener un porcentaje de masa grasa disminuida y aumento de masa muscular".

El plan considera evaluaciones trimestrales y no contempla tratamiento farmacológico para bajar de peso. Los funcionarios que no consigan bajar de peso y normalizar sus parámetros metabólicos en los dos años que dura el plan, son derivados para un manejo más especializado.

Alimentación sana

Las comidas también se han ajustado. El coronel Eduardo Díaz, jefe de abastecimiento, explica que la institución mantiene una preocupación constante por el bienestar de los funcionarios y en ello, la alimentación es clave "porque permite un óptimo rendimiento".

La minuta de los alimentos que se entregan en el país es elaborada por nutricionistas y según las calorías que requiere cada uno de los funcionarios según realicen un trabajo de oficina, de montaña (invierno-verano) o estén en instrucción o campaña, por ejemplo.

"Dentro del cuartel, la alimentación es equilibrada. Tenemos promoción de frutas y verduras, legumbres, pescados, y desde hace unos cinco o seis años se compra más cantidad de estos productos. En las licitaciones especificamos productos con menos azúcar, menos grasas y se compran endulzantes no calóricos. Pero no hay que olvidar que la gente también come fuera, en sus casas", advierte el coronel Díaz.

Más máquinas

Además, desde el año 2013 se han creado circuitos deportivos al interior de las distintas unidades del país.

A la fecha ya se han instalado 29 plazas activas con máquinas al aire libre para el trabajo muscular junto a un instructivo con recomendaciones de ejercicios.

Palavecino destaca además que el Comando de Salud junto a la División Doctrina del Ejército implementaron nuevas tecnologías para los funcionarios que practican running. Se trata de una aplicación para teléfonos inteligentes que permite evaluar el rendimiento personal, cuantificar las distancias realizadas, seguir patrones y compartir circuitos de entrenamiento.