Alexis Sánchez: Clave. Reemplazó a Fuenzalida y fue desequilibrante. Sólo le bastó un minuto en la cancha para brillar. Un pase extraordinario para Isla le permitió al lateral anotar el único gol. Luego dejó solo a Rodríguez con la misma fórmula anterior. Mete miedo.
Johnny Herrera: Tuvo poco trabajo, pero respondió aceptablemente las veces que fue requerido. En el gol ruso no tuvo responsabilidad.
Mauricio Isla: Dentro de lo más destacado de la Roja. El Huaso anotó el único gol de la Selección y en el primer tiempo un remate suyo casi abre la cuenta. Buena labor.
Gary Medel: Eficiente. No se complicó cuando hubo que jugar hacia atrás o reventarla. Estuvo firme en la marca. Su salida desordenó a la defensa.
Gonzalo Jara: Muy errático. Entregó el balón a los rusos un par de veces llevando peligro al arco de Herrera. Recurrió a las faltas y se fue amonestado.
Jean Beausejour: El zurdo fue de los mejores. Fue factor ofensivo en la banda izquierda, ante el intrascendente Martín Rodríguez. Cumplió también en defensa.
Pablo Hernández: Mucho sacrificio, pero poco fútbol. Correcto en la recuperación, pero estuvo muy poco fino en la entrega. Perdió la marca en el empate de los rusos. Se echó de menos a Marcelo Díaz.
Charles Aránguiz: Muy bajo. Desaparecido. Sólo en los primeros minutos mostró algo de su calidad. Lento y con falta de ritmo.
Arturo Vidal: El líder. Se echó el equipo al hombro. Cuando no había ideas, el Rey empujó a la Roja hacia adelante. Fiero en el juego aéreo. Hizo más que todos los delanteros juntos. Le anularon un gol legítimo. En la marca, solvente.
José Pedro Fuenzalida: Salvo una habilitación a Isla que casi termina en gol en el primer tiempo, no hizo mucho más. Tuvo una buena ocasión para rematar al arco, estando dentro del área, pero prefirió buscar a Vargas. Tiene que atreverse más.
Eduardo Vargas: Preocupante. Prolongó el bajo rendimiento que arrastra desde México. Deslucida actuación. No inquietó. A su favor, no le llegaron muchos balones.
Martín Rodríguez: El peor. Estuvo perdido por la punta izquierda y Beausejour tuvo que hacer su trabajo. No generó peligro, a veces se quedó más tiempo del necesario con el balón y no se asoció como se esperaba con el resto de los atacantes. Tuvo el 2-0 y lo desperdició de manera imperdonable. Decepcionante.