El Ministerio de Interior turco ha relevado a unos 350 policías de Ankara, en lo que parece una nueva vuelta de tuerca del Ejecutivo en su lucha contra la Judicatura, informa hoy la cadena turca NTV.

Los 350 agentes de la policía de Ankara, entre ellos 80 comisarios, serán reemplazados por otros policías, la mayoría procedentes de otras ciudades del país.

La medida se suma a otras similares, aunque de menor envergadura, que el Gobierno ha ido aplicando desde que la Judicatura lanzó el pasado 17 de diciembre una amplia operación de arrestos por acusaciones de corrupción, que ha llevado a prisión preventiva a los hijos de dos ministros, entre ellos el del anterior titular de Interior.

Según los analistas locales, las oleadas de relevos de comisarios y cambios de destino pretenden debilitar la influencia de Fethullah Gülen, un predicador islámico exiliado en Estados Unidos, cuyos seguidores son especialmente numerosos en los cuerpos de seguridad y el estamento judicial.

El primer ministro, el islamista Recep Tayyip Erdogan, ha atribuido la operación anticorrupción a una "conspiración" judicial contra su Gobierno y  prometió erradicar "las bandas que operan bajo la fachada de la religión" para "establecer un Estado paralelo", en obvia referencia a la red Gülen. 

La semana pasada, un diputado del gubernamental partido AKP, había asegurado que el Gobierno disponía de una lista de 2.000 personas vinculadas a esta "organización dentro del Estado", extremo desmentido ayer por el propio primer ministro.

Por otra parte, la policía ha lanzado hoy mismo una nueva operación anticorrupción, centrado en el puerto de Esmirna y dirigido contra una red de sobornos y manipulación de licitaciones.

Esta investigación también incluye a responsables del ferrocarril nacional y el Ministerio de Transportes, informa la emisora NTV.

Hasta ahora han sido arrestados 25 personas en Esmirna, Ankara, Estambul, Hatay y Van, número que aún puede aumentar en las próximas horas, asegura la cadena de noticias.