Cuando el año pasado el popular ex gobernante de Uruguay Tabaré Vázquez confirmó finalmente que buscaría suceder a José "Pepe" Mujica en la Presidencia del país, se auguraba un triunfo más o menos seguro del Frente Amplio (FA), la coalición de centroizquierda que en 2004 hizo historia al quedarse por primera vez con la máxima magistratura. Pero en la recta final para los comicios nacionales del próximo 26 de octubre, el panorama es completamente diferente. Las encuestas indican que el oficialismo no sólo podría perder la mayoría parlamentaria en ambas cámaras, pues la derecha supera a la izquierda en la intención de voto en la suma de los candidatos de cada sector, sino que el constante ascenso del candidato del Partido Nacional (o Blanco) Luis Lacalle Pou hace tambalear la confianza que un día tuvieron los frenteampliastas en que sería posible retener la Presidencia obtenida hace exactamente una década.

"Es (la contienda electoral) más reñida desde que el FA está en el gobierno. Por lo tanto, es muy incierta", dijo a La Tercera Claudio Paolillo, analista político y director del semanario uruguayo Búsqueda. Mientras los últimos sondeos de las firmas Cifra, Factum y Equipo Mori son consistentes en señalar que ningún candidato obtendrá el próximo domingo más del 50% de las papeletas -entre un 28% y 33% Lacalle Pou y entre un 41% y 43% en el caso de Vázquez-, una encuesta de Interconsult va más allá al otorgar una diferencia de un punto a favor del aspirante presidencial blanco en una eventual segunda vuelta el próximo 30 de noviembre (47% y 46%, respectivamente). Se trata de todo un avance del centroderechista Lacalle Pou, hijo del ex Presidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995), pues un sondeo de diciembre pasado de Interconsult sobre un posible balotaje entre los dos candidatos mostraba una diferencia de 21 puntos porcentuales a favor de Vázquez.

La campaña, que termina esta semana, se ha caracterizado por la negativa del candidato oficialista a debatir con sus contrincantes. Además, los temas principales han girado en torno a mejoras en materia de seguridad, calidad educativa y control de la inflación. El primer tema, por ejemplo, es considerado el problema más importante según el 50% de los consultados en el marco del Barómetro de las Américas Uruguay 2014, algunos de cuyos datos preliminares han sido publicados por el diario uruguayo El País.

Al respecto, el politólogo Ignacio Zuasnabar, director de la encuestadora Equipos Mori, comentó recientemente al diario argentino La Nación que si bien durante los gobiernos del FA fueron satisfechas "importantes demandas ciudadanas de principios de siglo (XX), como el combate a la pobreza", y hubo un sólido crecimiento económico -avances resaltados en todo momento por Vázquez-, "como contracara de ese proceso surgieron nuevas demandas públicas" a las cuales el oficialismo "no ha construido relatos satisfactorios". En contraposición, Lacalle Pou "reconoce los logros pasados" y plantea "mejorar" lo que no se hizo bien, actitud que "ha logrado seducir a segmentos del electorado disconformes y emparejar la elección", agregó.

A modo de conclusión, Paolillo sostuvo que en un contexto en que pese a los dos gobiernos de izquierda la base de la economía uruguaya sigue siendo una "economía de mercado y la base de la institucionalidad es la república liberal, todos los cambios que se puedan dar, gane uno u otro, en Uruguay no son tan importantes".

EL FACTOR MUJICA

El Frente Amplio se presenta a estas elecciones con un presidente cuya gestión cuenta con una aprobación de un 58%, seis más que en agosto, según un sondeo de septiembre de Cifra. En un contexto de una carrera electoral apretada, no existe claridad acerca de qué es lo que finalmente sucederá este domingo en las urnas, y aún está por verse, indica la encuestadora, si esta alza en la percepción pública de la figura de Mujica y de su desempeño se traducirá en un aumento en la intención de voto del oficialismo.

"Mujica recibió un país que estaba prosperando gracias a la bonanza de la economía internacional, pero con las relaciones muy deterioradas con Argentina por el corte en el puente internacional entre Gualeguaychú y Fray Bentos. Mujica logró terminar con dicho corte, mejorando la relación bilateral. Pero el gobierno argentino ha tomado varias medidas proteccionistas y fiscales que afectan la relación, a pesar de estar en el Mercosur. El próximo presidente heredará un Mercosur deteriorado y politizado, el declive en la educación, con una infraestructura que precisa de inversión, y con varias iniciativas que Mujica deja en manos del próximo mandatario, como la legalización de la marihuana y el posible arribo de los prisioneros de Guantánamo", dijo a La Tercera Ricardo López Götting, consejero del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina.

"Con el Frente hay 24 partidos, algunos de los cuales quieren volver a los años 60, otros son socialdemócratas, como Vázquez. Pero para los más cercanos a Vázquez no es tan positivo que se meta tanto Mujica, porque tiene una idea un poco más izquierdista de la vida. Y ellos quieren ser básicamente un gobierno de socialismo europeo, tipo Felipe González (España) y François Mitterrand (Francia). Que fue lo que hizo Vázquez en su primer gobierno", agregó Paolillo.