La Cámara de Diputados de Uruguay aprobó  poco antes de la medianoche del martes un proyecto de ley para despenalizar el  aborto durante las primeras 12 semanas de gestación y bajo ciertas condiciones,  iniciativa que ahora pasará al Senado para su sanción definitiva.

El texto fue aprobado tras casi 14 horas de intenso debate por una ajustada  mayoría de 50 votos a favor y 49 en contra, en una votación que se realizó ante  decenas de personas que desde las barras se manifestaron a favor y en contra  del proyecto.

Tras su aprobación, el texto volverá al Senado, donde sólo con los votos  del Frente Amplio (FA, izquierda gobernante) será ley. Fuentes parlamentarias  indicaron que se espera su aprobación para antes de fin de año y no se descarta  que la votación pueda ser tan pronto como en octubre.

Si el Senado, como se espera, aprueba el proyecto, Uruguay se convertirá en  el primer país sudamericano en despenalizar el aborto, mientras que en América  Latina es legal en Cuba, Guyana, Puerto Rico y Ciudad de México.

Durante el prolongado debate, y bajo un intenso frío, una treintena de  mujeres con flores y pintadas en algunos casos de anaranjado de la cabeza a los  pies, realizaron una performance frente al Palacio Legislativo convocada por la  organización Mujer y Salud Uruguay (MYSU), para defender defender legalización  y cuestionar el proyecto.

Inspirado en la legislación de países europeos, el texto prevé no penalizar  la interrupción del embarazo si la mujer que desee abortar se entrevista con un  equipo de al menos tres profesionales que le informará sobre los riesgos, las  alternativas y los programas de apoyo a la maternidad o de adopción. 

Luego tendrá que esperar cinco días y si ratifica su voluntad de  interrumpir su embarazo se coordinará el procedimiento. 

Como excepción, se autorizaría el aborto cuando el embarazo implique un  grave riesgo para la salud de la mujer, cuando haya malformaciones  incompatibles con la vida extrauterina o cuando el embarazo sea producto de una  violación, dentro de las 14 semanas de gestación.

"Este proyecto opta por un camino intermedio, la senda del menor mal ante  valores en conflicto, y nos recuerda que la salida civilizada cuando la  humanidad ha enfrentado situaciones de esta naturaleza siempre ha consistido en  apelar a la participación de terceros que tomen en cuenta todos los aspectos  involucrados", dijo el diputado del Partido Independiente (PI) Iván Posada,  promotor de la iniciativa.

PROYECTO DE LEY NO DEJA CONFORMES NI A PARTIDARIOS NI A OPOSITORES AL ABORTO

Paradójicamente, el proyecto no solo es rechazado por las organizaciones  contrarias al aborto, sino también por las que lo apoyan.

La Coordinadora por el Aborto Legal sostiene que el texto no le reconoce a la mujer el derecho a decidir libremente sobre su vida

y que no prevé sanciones  a los servicios de salud que no cumplan los plazos previstos.

Durante el debate, la diputada del oficialista Susana Pereyra admitió al defender su respaldo al texto que "no es el proyecto que quisiéramos, pero es  el resultado de un acuerdo que logramos", y añadió que

"esto no legaliza el  aborto pero sí lo despenaliza".

Pese a que una ley de 1938 pena al aborto, desde 2008 la mujer que desea interrumpir el embarazo tiene garantizado el derecho a obtener información  sobre la mejor manera de hacerlo, y la indicación más frecuente es recurrir al  misoprostol (un medicamento para úlceras), que se consigue en el mercado negro.

Si bien es difícil contabilizarlo, organizaciones no gubernamentales creen que se realizan más de 30.000 abortos por año en Uruguay, un país de 3,4  millones de habitantes que registra unos 46.000 nacimientos anuales.

Las manifestaciones a favor y en contra se repitieron en Montevideo en los días previos a la votación. Cientos de personas marcharon el lunes con cintas  negras para mostrar "su duelo" y repudio al proyecto.

En las barras de la Cámara de Diputados, decenas de personas aguardaron la  votación, algunas con remeras amarillas, color distintivo de quienes se oponen  al aborto, y otras de color naranja, que representa la campaña a favor de la  legalización.

"

Estoy en contra de este proyecto, creo que hay vida a partir de la  concepción. Hoy quise estar acá para que se sepa la oposición de la gente que  piensa como yo pero que no habla

", dijo Macarena German, estudiante de  25 años, que lucía una remera amarilla.

Por su parte, Patricia Soria contó que si bien está "afín con el proyecto",  el mismo "

no nos convence por el hecho que deja que una especie de 'iluminados'  juzgan a la mujer, que a esa altura ya decidió y que no necesita cinco días de  reflexión

. Pese a esto festejo porque es un paso para avanzar, hay que seguir".

Esta es la tercera iniciativa para despenalizar el aborto que propone el FA  desde su llegada al poder en 2005. En 2008, el Parlamento aprobó una ley, pero  fue vetada por el entonces presidente Tabaré Vázquez -también del Frente  Amplio- alegando "principios éticos".