Es decir, de ser un país de emisor de personas, pasó a ser receptor de migrantes, ya sea uruguayos que decidieron volver al país o extranjeros que optaron por radicarse en Uruguay.
Esto se debe a una combinación de varios factores, explicó a BBC Mundo Carlos Flanagans, director de Asuntos Consulares de la Cancillería.
"Uruguay es un país muy estable políticamente, tiene una situación económica que resulta atractiva para inversores, es uno de los pocos países de América Latina que no fue afectado por la crisis y eso se suma a que en 2008 se aprobó una ley migratoria que está a la vanguardia en cuanto a la igualdad de los derechos y oportunidades de los inmigrantes frente a los nacionales", indicó.
BENEFICIOS
La ley 18.250 asegura a los inmigrantes el acceso a la salud, trabajo, seguridad social, vivienda y educación en pie de igualdad con los uruguayos. Además, da facilidades a los uruguayos que hayan residido en el exterior durante más de dos años. Por ejemplo, les permite introducir libres de impuestos los enseres de su casa, sus herramientas en caso de tener un oficio y un automóvil.
Carlos Valderrama, coordinador de "La Casa del Inmigrante César Vallejo", en la Ciudad Vieja de Montevideo, un centro que oficia como residencia y asesor de los recién llegados, indicó a BBC Mundo que desde que se aprobó la ley más personas han logrado regularizar su situación.
El problema principal, explicó Valderrama, es que los inmigrantes tienen que conseguir un trabajo o demostrar que tienen un medio de vida para poder obtener la residencia si no tienen familiares directos en el país.
Eso fue lo que hizo el peruano Michael Alarcón, quien llegó a Uruguay hace tres años con su hermana buscando una vida mejor. "Primero empecé a trabajar en artesanías, armé mi empresa. Ese fue el requisito que me pidieron para sacar mi cédula de identidad provisoria. Ahora estoy trabajando de marino, en el puerto, y en un par de meses ya me dan la residencia", dijo a BBC Mundo.
UN PAIS "DULCE"
Del otro lado de la escala económica, están aquellos que eligen Uruguay para invertir o desarrollar su profesión. Es el caso del holandés Paul Elberse, un asesor financiero que llegó junto a su esposa e hijos en 2002, en plena crisis económica en Uruguay y la región, "con el desafío profesional de encontrar una solución para el problema financiero del Banco Central".
"Nunca entendí por qué tan poca gente venía a vivir a Uruguay. Siempre hablo con otros extranjeros que viven acá o que vienen por trabajo, que es tan placentero estar acá que seguramente, si más gente lo supiera, vendrían muchos más. Ojalá no se difunda demasiado el secreto porque van a venir todos", bromeó.
¿Por qué decidió radicarse definitivamente en Uruguay? "Por la calidad de vida, que no es lo mismo que el nivel de vida. Hay muchos países donde los ingresos per cápita son más altos, pero aquí se encuentra dulzura, el amor de la gente en general está presente acá", dijo Elberse, quien anteriormente vivió en Alemania, París, Singapur, Moscú y Nueva York.
ALENTAR LA INMIGRACION
El presidente José Mujica reiteró durante su campaña a la presidencia y luego al asumir su mandato, que Uruguay debe alentar la inmigración para resolver el problema de la falta de trabajadores en el sector agrícola, por ejemplo, y poblar más las zonas rurales. También hacen falta profesionales en áreas como informática y computación, sector en el que hay pleno empleo.
Sin embargo, el país todavía carece de una política migratoria, con medidas que incentiven la inmigración, indicó Flanagans, de la Cancillería.
Existen pocos datos disponibles sobre el número y procedencia de extranjeros. La Dirección Nacional de Migraciones recibe unas 20 solicitudes diarias de trámite de residencia.
Elberse dijo que, aunque no lo puede cuantificar, ha observado un creciente interés de inversores y profesionales así como también de jubilados de instalarse definitivamente en Uruguay.
"Es el inicio de algo que creo continuará profundizándose en los próximos años", aseguró.