La Policía Federal brasileña utilizará las imágenes de los pasajeros del Airbus A330-200, registradas por las cámaras del circuito interno del Aeropuerto Internacional Tom Jobim, para ayudar en la identificación de los cuerpos.
Naves y submarino franceses refuerzan desde hoy los trabajos de búsqueda de los cadáveres de las 288 personas que viajaban a bordo del avión de Air France, de los cuales se ha logrado rescatar a 41.
Las imágenes registradas en el Tom Jobim evitarán que los familiares de las víctimas entreguen fotografías a las autoridades, informó el abogado Marco Tulio Moreno, pariente de uno de los pasajeros del vuelo AF447, precipitado en el Atlántico el 31 de mayo.
Los trabajos de identificación de los cuerpos comenzaron el martes en el archipiélago de Fernando de Noronha, primer punto de tierra firme adonde son trasladados los cuerpos y donde son sometidos a los exámenes preliminares, con la toma de huellas dactilares.
Desde allí, los cadáveres son llevados a la morgue judicial (Instituto Médico Legal, IML) de Recife, capital del estado norestino de Pernambuco, para su identificación completa.
El comando de la Marina y de la Aeronáutica anunció que las búsquedas serán intensificadas con la llegada, hoy, de cinco embarcaciones francesas.
TEMPESTAD DE 83 GRADOS BAJO CERO
Por otra parte, la estación meteorológica de la Universidad Federal de Alagoas, ubicada al noreste de Brasil, el vuelo 477 de Air France, antes de caer al Oceáno Atlánticoo, atravesó una tempestad con una temperatura de 83 grados bajo cero.
"Las temperaturas que aparecen en el satélite presentaron un bloque de nubes con temperatura de 83 grados bajo cero. Esas condiciones pueden ser únicas y las encontró el avión. La temperatura fue peor que el paso de un huracán, que generalmente es de 70 grados bajo cero", afirmó el coordinador de la estación meteorológica, Humberto Alves Barbosa.
Barbosa citó los datos captados por el satélite Meteosat 9 en la noche del domingo 31 de mayo en la región del espacio aéreo brasileño donde cayó el Airbus de Air France.
"Este dato puede explicar la hipótesis de que turbulencias en las proximidades de las tempestades de rápido desarrollo pueden haber desempeñado un rol en el accidente", explicó el especialista, doctor en monitoreo climático remoto de la Universidad de Arizona.
En diálogo con el portal periodístico UOL, Barbosa dijo que la temperatura a 83 grados bajo cero "pudo haber reducir la velocidad del avión" dado la corriente de viento y las partículas de hielo que se encontró a su paso cuando había comenzado a cruzar el Atlántico.