Los bebés portadores del virus del Síndrome de Inmunodefiencia Humana (VIH), causante del sida, corren el riesgo de contraer una forma mortal de tuberculosis si se les inocula la vacuna BCG, preparada a partir del bacilo Calmette-Guérin.
Así lo revela un artículo publicado hoy en la revista internacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que de esta forma pone en evidencia que esa vacuna provoca el efecto contrario al buscado en esos casos específicos.
Según la organización sanitaria, la vacuna BCG es administrada al 75 por ciento de recién nacidos en el mundo, pero el estudio realizado en Sudáfrica ha mostrado que "podría ser más peligrosa que benéfica para los bebés contaminados por el VIH".
Esa vacuna es administrada de manera casi universal en Africa subsahariana, donde se concentra la carga mundial de infecciones pediátricas del VIH.
Según los datos del Programa de Naciones Unidas contra el Sida, entre 390.000 y 420.000 niños menores de 15 años contraen cada año la infección.
Por esa razón, los científicos autores del artículo recomiendan retrasar la vacunación hasta que se conozca el estado serológico del bebé afectado.
"Es urgente evaluar el riesgo con respecto a las ventajas de la vacuna en los lugares con importante carga de infección por el VIH y la tuberculosis", explica en el artículo el profesor Simon Schaaf, del Centro Antituberculosis Desmond Tutu de la Universidad Stellenbosch (Sudáfrica).
En cambio, el estudio recalca que "el BCG es eficaz para prevenir la diseminación de la tuberculosis en niños pequeños sin la infección del VIH".