Señor director:

La Corte Suprema ordenó que se vacune a un lactante de cuatro meses, cuyos padres han decidido no vacunar, pues llegaron a la conclusión de que las vacunas son peligrosas e innecesarias. El padre del menor dijo estar dispuesto a todo por evitar que su hijo sea inmunizado.

Hace pocos días se dio a conocer el resultado del Plan Nacional de Inmunización del Ministerio de Salud para 2015: ninguna de las siete vacunas del programa llegó al 90% de cobertura, considerado como el límite inferior para proteger a la población de brotes epidémicos.

Preocupa este escenario que ya se ha visto en Europa y Estados Unidos, donde la aparición de un movimiento antivacunas ha venido acompañada del descenso en las tasas de cobertura de las mismas y la aparición de brotes epidémicos.

Es hora de que las autoridades se preocupen. Es importante recalcar que no existe debate en la comunidad científica al respecto: las vacunas funcionan, son necesarias y cumplen los estándares más altos que se pueden exigir a un producto destinado a la salud humana.

Sería lamentable que un mito urbano propagado por internet y alentado por funestos personajes de televisión local nos haga retroceder dos siglos en materia de salud.

Gabriel León

Director Centro para la

Comunicación  de la Ciencia, Unab