"Soy candidato a la Presidencia de la República", confirmó ayer el primer ministro de Francia, Manuel Valls, al anunciar su candidatura a las elecciones que tendrán lugar en 2017. El anuncio del premier no causó grandes sorpresas. Valls no sólo había adelantado meses atrás su intención de aspirar al Eliseo, sino que su nombre comenzó a sonar fuerte cuando la semana pasada el actual mandatario François Hollande dijo que no buscaría un segundo mandato. Los franceses elegirán a su próximo jefe de Estado en dos rondas, en abril y mayo del próximo año.
El político, de 54 años, anunció también que dimitirá hoy a su cargo, que ocupa desde abril de 2014, para poder participar en las primarias socialistas y poder lanzar sus propuestas "en toda libertad".
Según la prensa francesa, entre quienes podrían reemplazarlo estarían el ministro de Finanzas, Michel Sapin y el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve. Este anuncio llega tras la sólida victoria de François Fillon, ex primer ministro de 62 años, en las primarias de la derecha para convertirse en candidato del partido Republicano.
Con la confirmación de su candidatura, Valls se convierte así en el favorito de su partido para competir contra Fillon y con la candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen en los comicios presidenciales del próximo año.
Las primarias del Partido Socialista y los Verdes se realizarán el 22 y 29 de enero. Según una encuesta de Ifop, Valls obtendría un 45% de apoyo, seguido a 20 puntos de distancia por el ex ministro de Economía, Arnaud Montebourg, del ala más izquierdista del socialismo francés.
Si logra imponerse en las primarias, Valls deberá enfrentar al jefe de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon y al ex ministro de Economía, Emmanuel Macron, quienes se excluyeron de las elecciones socialistas. Macron, de 38 años y el ex ministro estrella de Hollande, creó un movimiento político "En Marche", que según él no es de derecha ni de izquierda.
Sin embargo, Valls tendrá que recorrer un largo camino para llegar al Eliseo. Según los sondeos, ningún candidato de izquierda lograría el suficiente apoyo para pasar a segunda vuelta: los socialistas franceses serían superados por Los Republicanos y por el Frente Nacional.
"Me siento indignado ante la idea de que la izquierda pueda quedar afuera de estas presidenciales", dijo ayer Valls, realizando un llamado a la unidad. "Debemos unirnos", afirmó. "Mi candidatura es una de conciliación, de reconciliación", añadió, con entusiasmo.
La izquierda francesa llega desintegrada tras el mandato de Hollande, cuya figura sigue desplomándose en las encuestas y cuyo gobierno ha sido muy criticado, especialmente por el avance terrorista en algunas ciudades del país.
De acuerdo con los expertos, la candidatura de Valls, podría fragmentar aún más a los socialistas. El actual premier es considerado como el "heredero natural" por muchos dirigentes socialistas, especialmente porque antes de ser primer ministro fue ministro del Interior.
Valls es visto, por una parte, como alguien que podría continuar con el "legado socialista". Pero por otro lado, el primer ministro ha despertado en el pasado recelos al insistir que la izquierda necesita reinventarse.