Valparaíso está en alerta. El clásico entre Santiago Wanderers y Everton prácticamente paralizará la ciudad. Y es que la autoridad regional, pensando en prevenir situaciones de violencia como las ocurridas en diciembre pasado en el duelo entre los propios caturros y Colo Colo, dispuso de un fuerte operativo de seguridad para resguardar el orden y garantizar el correcto desarrollo del encuentro entre porteños y viñamarinos.
A la disminución de la cantidad de público, que implica que sólo se hayan comercializado 14 mil entradas de las 20 mil que permite el estadio Elías Figueroa (700 serán para la parcialidad visitante), se suman una serie de otras medidas que se implementarán desde primera hora de hoy y durante toda la jornada.
Habrá 140 guardias privados, 45 validadores de entradas en los accesos y tres anillos de seguridad con guardias y carabineros. Además, se decretó la prohibición de venta de alcohol en las inmediaciones del estadio y un ingreso diferido de los hinchas de uno y otro equipo. "La idea es evitar que haya cruce de gente. Todas las medidas las tomamos considerando que son necesarias para garantizar la seguridad y para que, finalmente, sólo se hable de fútbol", asegura Jorge Dip, gobernador de Valparaíso. "Tendremos un dispositivio policial de importancia. Con Fuerzas Especiales y efectivos de la Policía de Investigaciones, que trabajarán antes, durante y después del partido", añade la máxima autoridad de la provincia. "Hemos coordinado mucho todo esto. En un proceso en el que han participado de manera conjunta los clubes, las policías y Estadio Seguro. Se han considerado todas las variables posibles. Puede haber imprevistos, pero creemos que todo va a funcionar bien. La seguridad se va a notar en la calle desde temprano", cierra Dip.
Larga paternidad caturra
Los planteles también tomaron parte en el asunto y ayer participaron de una campaña llamada Lo Lindo del Fútbol. En ese contexto, Marcos Velásquez y Gabriel Castellón, capitanes de Everton y Wanderers, respectivamente, además de Moisés Villarroel y Gustavo Dalsasso, referentes de ambos clubes, hicieron un llamado al buen comportamiento para intentar asegurar el buen desarrollo del 97º clásico porteño de la historia.
En lo deportivo, será un choque de desigualdades. Mientras los dueños de casa buscarán seguir peleando en la parte alta y soñando con el título, los visitantes esperan conseguir un triunfo que les permita salir del fondo. La historia, eso sí, no los favorece, ya que el cuadro de Valparaíso defiende una paternidad de 36 años jugando en el recinto de Playa Ancha. La última caída jugando como local ante el tradicional adversario (1-2), de hecho, data del 14 de septiembre de 1980. La estadística global, eso sí, favorece al cuadro ruletero 37-32.